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10:06 am el 12 de Noviembre del 2018

En 2022, dos de cada tres fármacos tendrán una alternativa certificada

Se duplicará el número de bioequivalentes, mientras que jarabes, gotas y nebulizadores deberán garantizar su equivalencia terapéutica.
Fuente: El Mercurio

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Actualmente, 198 de los 600 medicamentos referenciales que se venden en Chile tienen una alternativa bioequivalente. Esto es, una opción similar a la original y que a través de estudios comprobó que posee el mismo efecto terapéutico que el fármaco innovador, pero generalmente es ofrecido a menor precio.

Para potenciar el uso de este tipo de productos, el Ministerio de Salud (Minsal) publicó esta semana un decreto que exige la bioequivalencia a 194 nuevos principios activos con un plazo de hasta cuatro años.

Con ello, el 66% de los fármacos que se vendan en Chile tendrían una opción certificada en 2022. Esto cobra relevancia, porque la Ley de Fármacos vigente permite que las farmacias solo puedan vender al usuario un medicamento distinto al que les prescribió el médico si es que este es bioequivalente. Al ampliar el número de productos certificados, entonces los clientes podrían tener más opciones.

Según Elmer Torres, vocero de la Asociación Industrial de Laboratorios Farmacéuticos de Chile (Asilfa), ‘los plazos son demasiado estrechos’ para someter a bioequivalencia a los nuevos fármacos. Agrega que realizar los estudios significa una gran inversión para los productores, que para muchos podría no ser rentable y se ‘podría generar un desabastecimiento’.

Victoria Beaumont, directora ejecutiva de Fundación Politopedia, afirma que acortar los plazos podría generar que los laboratorios más pequeños salgan de competencia y que ‘es fundamental generar las condiciones para que la creación de potenciales oligopolios o monopolios no redunden en alzas de precios’.

En la Asociación de Productores Locales de Medicamentos (Prolmed) destacan que aumentar el número de bioequivalentes fomenta la intercambiabilidad y eso puede generar más acceso.

Su presidente, José Luis Cárdenas, advierte, eso sí, que el problema ‘tiene que ver con la baja disponibilidad para hacer los estudios en Chile’. Esto puede generar que la mayor parte de los laboratorios tengan que realizar los análisis fuera del país y eso aumentaría los precios.

Intercambiabilidad

Pero hay un grupo de medicamentos que, por motivos químicos, no se pueden someter a estudios de bioequivalencia. Estos son los líquidos y gaseosos. Para que estos igualmente tengan una alternativa y se puedan intercambiar por otros, si es que el paciente lo requiere, la idea del Ejecutivo es dejar de tener solo la bioequivalencia como requisito de intercambiabilidad y permitir que con otro tipo de estudios esto también se pueda certificar.

El coordinador técnico de la Cenabast, Juan Carlos Corbeaux, adelantó en el seminario organizado por el Instituto de Políticas Públicas en Salud de la U. San Sebastián que, incluso, se cambiaría el actual sello amarillo de las cajas de los fármacos que dicen ‘Bioequivalente’ y se reemplazaría por ‘Intercambiable’.

El primer paso para ello es que esta semana se publicó otro decreto que obliga a jarabes, gotas, nebulizadores y polvos para disolver a acreditar su equivalencia terapéutica con distintos tipos de estudios hasta el 1 de octubre de 2020. Con ello, los que pasen esas pruebas, podrían ser intercambiados por otros, igual como ocurre hoy con los bioequivalentes, y la gente podría optar por alternativas más baratas.