Chilotes reclaman por prórrogas para reponer hospital en Queilen

“Lo que queremos es un hospital definitivo. Estamos con un hospital de campaña presupuestado para dos años y ya vamos en el cuarto“, dice, enérgico, Andrés Muñoz, integrante del Consejo de Salud de Queilen, comuna de Chiloé que desde hace cuatro años recibe atención de salud pública en un conjunto de contenedores. Esta fue una solución de emergencia luego de la destrucción del antiguo recinto por un incendio en 2014.

El contrato de arriendo de los contenedores, que era por tres años, debió ser prorrogado un año más y ahora nuevamente deberá ser extendido, ‘hasta que se normalice el hospital comunitario (hasta que se construya el nuevo)’, explica el director del Servicio de Salud de Chiloé, Carlos Zapata.

“Ahora, las mujeres que vienen a tener guagua se tienen que ir a Castro”, dice el vecino Gabriel Cárdenas, quien repara en que en la comuna ya no nacen niños. En tanto, Zapata explica que se elevó una licitación para la construcción del recinto hace dos años, la que fue impugnada por un particular ante el Tribunal de la Libre Competencia, y tras un acuerdo en 2018 ahora se están elaborando nuevas bases supervisadas por la Contraloría.

Asimismo, asegura que el Hospital de Queilen se sumará a los hospitales de Quellón y Ancud, que están en construcción en la provincia de Chiloé. Según el funcionario, ambos recintos tienen avances de obras de sobre 20% y 9%, respectivamente, y “debieran estar concluidos’ antes del término del actual gobierno. Según el director del Servicio de Salud de Chiloé, el Ministerio de Salud tiene comprometidos recursos por $16.900 millones.

La comunidad también está sorprendida por el anuncio del Gobierno, que informó que el nuevo hospital de Queilen estaba en ‘etapa de licitación”. Sin embargo, los vecinos consultaron en la Contraloría, la que, según ellos, confirmó que aún no están aprobadas las bases para una nueva licitación.

Muñoz asegura que “nos dijeron que el terreno estaba comprado“, pero, tras el cambio de administración, “no había terreno ni recursos ni nada“, enfatiza

“Desde que se quemó (el hospital) ha habido muchos anuncios, pero con cosas muy poco tangibles“, coincide el alcalde Marcos Vargas (DC).

La situación se suma al complejo abastecimiento de agua potable para el consumo humano, con 28 estanques distribuidos en distintos puntos. “El agua de la llave es intomable”, dice una vecina, y el alcalde Vargas asegura que resolverán el problema en unos tres meses.