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11:55 am el 24 de Julio del 2020

Casos de síndrome inflamatorio asociado a covid-19 ya suman 109 niños afectados en el país

Todos los pacientes han debido ser hospitalizados y el 60% de ellos fue derivado a una UTI. Pese a la gravedad del cuadro, ninguno ha fallecido, gracias a un manejo oportuno.

Fuente: El Mercurio

Casos de síndrome

Un total de 109 niños, de 6 años de edad en promedio, se han visto afectados en el país por el llamado síndrome multisistémico inflamatorio pediátrico, un grave cuadro asociado al covid-19, que ha llamado la atención de la comunidad científica durante la pandemia.

Así lo establece un reporte, con datos hasta el 19 de julio, elaborado por la Red de Pediatras Infectólogos, que incluye a especialistas de 25 centros de Santiago y regiones.

Apenas comenzó la pandemia organizamos esta red para llevar un reporte de casos; las primeras advertencias sobre este síndrome surgieron en Europa y EE.UU.”, comenta el doctor Juan Pablo Torres, pediatra infectólogo y académico de la Facultad de Medicina de la U. de Chile y coordinador de la red. “Aunque son casos poco frecuentes, es un cuadro que puede ser muy severo“, agrega.

De hecho, todos los casos en el país han sido hospitalizados; el 60% de ellos fue derivado a una unidad de tratamiento intensivo (UTI).

En la primera semana de julio, el Ministerio de Salud advirtió sobre el síndrome y llamó a poner atención al respecto. Además, junto a la Sociedad Chilena de Pediatría y a la Sociedad Chilena de Infectología, lanzó un protocolo para que los equipos de salud puedan diagnosticar estos casos.

La doctora Lorena Tapia, infectóloga del Departamento de Pediatría del Hospital Roberto del Río, participó en la creación de ese protocolo y lidera un proyecto, junto a otros hospitales pediátricos, para describir las características clínicas y epidemiológicas de los niños hospitalizados por covid-19.

En el caso del síndrome multisistémico, “más de la mitad del total de casos están concentrados en hospitales pediátricos, sobre todo de la Región Metropolitana”, dice.

El síndrome, que afecta principalmente desde lactantes hasta niños de 11 años, se caracteriza por fiebre alta, enrojecimiento de la piel, hinchazón de labios, pies y manos, así como dolor abdominal y trastornos digestivos (diarrea y vómitos). La esclera o parte blanca de los ojos también se ve enrojecida.

Síntomas que en un principio los médicos extranjeros confundieron con la enfermedad de Kawasaki, que afecta al sistema inmune y provoca una inflamación de los vasos sanguíneos.

En ninguna de las dos patologías se conoce la causa directa. “Al parecer el mecanismo por el cual se producen es similar; en este caso el coronavirus gatilla una respuesta inmune e inflamatoria exagerada”, precisa Torres.

Sí se sabe que es un cuadro que aparece varias semanas después de haber estado infectado o en contacto con un paciente positivo. Evidencia en países como EE.UU. y a nivel local muestran que la mayoría de los casos del síndrome se presentan alrededor de cuatro semanas después del peak de covid-19.

En la Región Metropolitana, por ejemplo, el máximo de casos positivos se vio el 14 de junio, y el aumento de niños con el síndrome comenzó a notarse a fines de ese mes, pero en julio se ha intensificado, dice la doctora Tapia. “Hemos visto más casos sobre todo en las zonas norte y sur de Santiago, con positividad muy alta y mucha circulación del virus“.

Un factor que preocupa a los expertos es que hasta ahora no se puede predecir qué niño va a desarrollar el problema. “No hay mucha evidencia sobre quiénes son más vulnerables —agrega Tapia—. La gran mayoría de los niños hospitalizados son sanos y sin patologías concomitantes”.

Incluso, muchos fueron asintomáticos al SARS-Cov-2. Por eso, el doctor Torres enfatiza en la importancia de estar atento a los síntomas, en especial si el niño tuvo covid-19 o estuvo en contacto con infectados.

La doctora Giannina Izquierdo, de la U. de Chile y parte de la red, precisa que una fiebre por más de 24 horas es la principal señal de alarma, además del dolor abdominal. “Hay que estar atentos porque no siempre se presentan manchas rojas en la piel; tampoco hay síntomas respiratorios, no hay tos ni congestión nasal”.

Con el tratamiento adecuado, a los dos o tres días los niños ya están mejor”, agrega Torres. Al agravarse, el niño puede hacer un cuadro de shock, pues hay una rápida baja de la presión. Estos casos terminan en la UTI.

La buena noticia es que no se han producido fallecimientos a causa de este cuadro en el país, y en el exterior han sido infrecuentes.