Terapia reduce a la mitad el uso de ventilación en pacientes graves

A medida que crece el número de chilenos con covid-19, también lo hacen los casos graves que requieren de apoyo mecánico, como el uso de ventiladores. Sin embargo, al menos el 50% de los pacientes puede verse beneficiado con una técnica menos invasiva y con menores efectos secundarios.

Se trata de la llamada oxigenación de alto flujo, una terapia que permite administrar, a través de una cánula, oxígeno en altas dosis a pacientes que presentan una insuficiencia respiratoria aguda por covid-19.

“Su uso es óptimo en pacientes que muestran un alto esfuerzo respiratorio, o que tienen una necesidad de oxígeno muy alta, pero que aún no están con signos de fatiga o de requerir ventilación mecánica urgente”, dice el doctor Alejandro Bruhn, jefe del Departamento de Medicina Intensiva de la UC.

El sistema permite administrar altos flujos de oxígeno y aire humidificado, disminuyendo el esfuerzo que se debe realizar para respirar. “Hemos visto que si un paciente hace mucho esfuerzo para respirar, eso puede dañar aún más el pulmón y acelerar la progresión de la enfermedad“, agrega Bruhn.

Ayer, el ministro de Salud, Jaime Mañalich, visitó el Hospital Clínico UC para conocer la experiencia que tienen ahí con esta técnica: alrededor de 120 pacientes han sido sometidos a ella en el último mes. “Permite a personas que no están en extrema gravedad, ventilarlos o usar un modelo de respiración menos invasivo, evitando las complicaciones de la ventilación mecánica”, explicó la autoridad.

Por ello, el Minsal anunció ayer la compra de 250 equipamientos de este tipo, los que han sido repartidos en centros como el Hospital Félix Bulnes, San Juan de Dios y El Carmen de Maipú.

Además, habrá un convenio con la UC, cuyos expertos capacitarán al personal en su uso. “Le ofrecí al ministro la capacitación de médicos en hospitales públicos y privados, para entrenarlos en esta técnica, porque además de las cánulas, se necesita conocer el manejo del paciente”, dice el médico y rector de la UC Ignacio Sánchez.

“El convenio se firmará mañana (hoy) o pasado, pero la capacitación comenzará ahora, porque queremos colaborar. Se partirá con el sector público y luego sumaremos más centros de la Región Metropolitana, donde más se necesita”, agrega.

Reportes extranjeros y de otros centros de salud locales muestran que sobre el 50% de los pacientes se puede manejar con esta técnica, sin necesidad de intubar ni llegar a ventilación. Así se ha visto, por ejemplo, en la ex Posta Central o en el Hospital Clínico U. de Chile; allí, al menos 80 pacientes han recibido esta terapia, según cuenta el doctor Eduardo Tobar, intensivista del recinto.

“No es una técnica nueva, existe hace años en el mundo pediátrico y de ahí pasó al manejo de adultos. Ahora se ha visto que puede ser de mucha ayuda en pacientes con covid-19“, precisa.

Una preocupación sobre esta técnica era que podía favorecer la diseminación de aerosoles que pudieran contaminar al personal médico, pero estudios han mostrado que al colocar una mascarilla sobre la cánula, este riesgo se reduce.

También se ha visto que el beneficio es mayor si se combina con la posición de prono (boca abajo), pero manteniendo al paciente despierto y no sedado como ocurre en la ventilación mecánica. La Sociedad Chilena de Medicina Intensiva, de la cual Tobar es vocero, promueve la combinación de ambos procedimientos, cánula y prono, “como una estrategia que puede contribuir a reducir la cantidad de pacientes que hay que intubar”, con todos las consecuencias que ellos supone.

La experiencia muestra que, en promedio, un paciente requiere 3 a 4 días con cánula, y poco más de una semana de hospitalización. En cambio, conectados a ventilador puede ser 10 días y dos a tres semanas internados. Así, “se puede disponer de más camas y espacio en cuidados intensivos para casos más graves”, dice Bruhn, quien advierte que la disponibilidad de estos equipos es baja en el país.

Por eso, en los próximos días, anunció el Minsal, llegarán otros 400 equipos a Chile.