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10:29 am el 22 de Febrero del 2021

Con masajes y talleres de respiración, así apoyan los recintos de salud a sus funcionarios en pandemia

También han creado clases de meditación online y entregan apoyo psicológico gratuito a médicos y enfermeras.

Fuente: El Mercurio

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En un cuarto destinado para el descanso de los profesionales de salud en el Instituto Nacional del Tórax (INT), la doctora Cristina Ramírez, parte de la Unidad de Cuidados Intermedios, enseña a 10 de sus compañeros técnicas de respiración para bajar la ansiedad.

‘Nos tapamos una fosa nasal, inspiramos, nos tapamos la otra fosa nasal, expiramos’, les dice. ‘Saber respirar bien es esencial para poder sobrellevar el estrés’. El taller forma parte del programa de apoyo del INT, creado en mayo de 2020, para responder a las necesidades en salud mental de sus funcionarios.

Ramírez recuerda que no existía un espacio para compartir sus sentimientos durante los primeros meses de la crisis: ‘Llegabas, trabajabas en turnos de 24 horas, tenías que ver cómo una enfermedad podría acabar con la vida de un ser humano en horas, ver caer a tus compañeros y preguntarte a qué hora te iba a tocar a ti’.

Por eso asistió a sesiones de contención psicológica remota del hospital. Con el tiempo y debido a su capacidad de resiliencia, se convirtió en una ’embajadora de salud mental’ del INT. Ahora ella lidera pausas de salud mental grupales, para que sus compañeros no se sientan solos.

Carmen Zambrano, psicóloga y coordinadora del programa de INT, explica que esta iniciativa ha ido evolucionando a partir de las necesidades de sus funcionarios y busca resignificar la crisis por la pandemia.

Según dice, ya hay 10 ’embajadores de la salud’ quienes, tras ser capacitados con diferentes herramientas de apoyo, comenzaron a impartir, entre otras medidas, técnicas de respiración y talleres de musicoterapia.

Pero Zambrano agrega que una de las iniciativas que ha tenido más éxito es el cartel con emojis: los profesionales eligen entre imágenes de cartón el estado con el que entran y salen del hospital, y leen en la parte de atrás un consejo sobre cómo sobrellevar esa emoción. Lo más gratificante, dice, ‘fue ver a los funcionarios establecer una mayor relación de confianza entre ellos y empezar a contar cuándo estaban mal’.

Trabajar la prevención

Por su parte, la Clínica Alemana decidió trabajar la prevención en salud mental para salvaguardar la atención que reciben sus pacientes, explica Marcela Apablaza, psicóloga y jefe de Cultura y Desarrollo Organizacional del establecimiento.

Debido a esta razón modificaron el programa de autocuidado que existía antes de la pandemia y empezaron a ofrecer clases de entrenamiento físico y meditación en una plataforma online. Los psicólogos también comenzaron a visitar las unidades críticas diariamente para saber cómo se encontraban los otros funcionarios y hasta hoy ofrecen tres sesiones de atención gratuita. Además, reinstauraron los masajes en pausa, los que solo se suspendieron durante los peaks de la pandemia, para aliviar la tensión de sus funcionarios. Actualmente, han entregado más de 2.600 atenciones a profesionales de la salud en la clínica.

El jefe de Urgencias de la Clínica Alemana, Rodrigo Rosas, quien participó en una de las sesiones de apoyo psicológico, explica que para trabajar la prevención hicieron obligatorio que todos los equipos de urgencia y atención a paciente crítico fueran al menos a una consulta de ayuda psicológica, ya que al principio ‘eran reticentes a participar por temor a ser catalogados’.

Cada día, cuatro integrantes de la unidad pueden conectarse de forma remota a estas sesiones gratuitas. Rosas destaca el buen impacto que ha tenido esta iniciativa en su equipo: ‘Con el correr del tiempo se empezaron a inscribir solos, después estaban todos contentos y ahora vuelven felices de las sesiones’.

José Pinedo, psicólogo y jefe de Psicología Hospitalaria de la Red UC Christus, decidió junto a su equipo transformar la iniciativa ‘Lugar Seguro’ para poder abordar la pandemia. El programa había sido inicialmente creado durante el estallido social para que profesionales de salud tuvieran un espacio donde hablar sobre sus miedos y ansiedades.

‘Lugar Seguro’, explica Pinedo, se volvió crucial, ya que los funcionarios se encontraban descompensados porque ‘muchas personas que no habían tenido que trabajar con pacientes adultos ahora lo tenían que hacer y varios profesionales tuvieron que tratar con pacientes agitados con delirium intrahospitalario, sin tener experiencia previa’.

Por lo tanto, establecieron contención psicológica remota, crearon talleres para jefaturas sobre cómo sobrellevar el estrés y posicionaron a psicólogos a las afueras de las unidades más críticas durante la pandemia. Las salas de los psicólogos comenzaron a ser llamadas ‘salas de ventilación emocional’.

Jessica Celis, enfermera de la Unidad de Paciente Crítico de Pediatría del Hospital Clínico UC Christus, afirma que estos programas se deben mantener más allá de la pandemia: ‘Lo bueno es que si vuelvo a sentirme mal, a sentir angustia, sé que puedo volver a recurrir a esta ayuda y que estarán ahí para mí’.