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10:13 am el 28 de Febrero del 2022

A dos años de declarada la pandemia, ¿qué se espera para los próximos meses?

Posibles nuevos brotes de la mano de otras variantes es una posibilidad mientras siga una parte del planeta sin vacunas. Pese a que algunos países ya levantan restricciones, mantener las medidas de autocuidado seguirá siendo esencial, dicen los expertos.

Fuente: El Mercurio

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El próximo jueves se cumplen dos años desde que el covid-19 llegó oficialmente a Chile. El 3 de marzo de 2020 el Ministerio de Salud daba a conocer el primer caso en el país, y las alertas no dejaron de sonar. Apenas ocho días más tarde, la OMS decidió elevar a categoría de pandemia el brote de coronavirus que surgió en Asia y que en un par de meses ya estaba presente en todo el planeta.

Un aniversario que, tras meses de convivir con mascarillas, cuarentenas, encierros y otras medidas, encuentra al planeta con una baja de 21% en el número de nuevos contagios a nivel global, con una reducción en el número de muertes y con varios países relajando restricciones para retomar una rutina más cercana a lo normal.

A nivel local, la situación también muestra una tendencia a la baja en los contagios y la positividad, luego de llegar al récord de casos diarios —38.446 personas el 11 de febrero— en toda la pandemia, de la mano de Ómicron, la variante más contagiosa surgida hasta el momento.

Frente a esta realidad, el mundo comienza a mirar con optimismo el futuro, pero los expertos concuerdan en que aún es pronto para pensar en el final de la crisis sanitaria. Entonces, ¿qué se espera para los próximos meses?

A fines de enero, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, se adelantaba al debate: ‘Hay diferentes escenarios sobre cómo podría desarrollarse la pandemia y cómo podría terminar la fase aguda. Pero es peligroso suponer que Ómicron será la última variante o que estamos en el final. Por el contrario, a nivel mundial, las condiciones son ideales para que surjan más variantes’.

Cuidado con las predicciones

Si algo nos han enseñado los últimos meses de pandemia ‘es que cualquier estabilidad que se logra se ve impactada rápidamente con la llegada de nuevas variantes’, comenta Felipe Elorrieta, jefe del Grupo Epidemiológico-Matemático para la Vigilancia de Epidemias y Pandemias de la U. de Santiago.

‘Con un continente completo (África) con niveles de vacunación por debajo del 1%, el principal riesgo es que sigan surgiendo variantes’, agrega.

Ese es uno de los caminos posibles. Otro, más esperanzador, es que Ómicron, ‘con su masividad de infección, haya sido la última ola grande y que la posibilidad de nuevas variantes, que pueden ocurrir, sean menos severas’, dice Miguel O’Ryan, profesor titular de la Facultad de Medicina de la U. de Chile e investigador del Instituto de Ciencias Biomédicas (ICBM).

Pero, como recuerda Tomás Regueira, jefe de Unidades Críticas de la Clínica Santa María, ‘entre vacunas e inmunidad de rebaño, uno piensa que debiese quedar poco espacio para nuevas olas. Pero este virus nos ha enseñado a ser humildes en las predicciones’.

De hecho, ‘hemos visto que con la aparición de nuevas variantes, cada una tiene subvariantes (de Ómicron ya conocemos cuatro). Lo más probable es que el actual coronavirus se vuelva endémico y estacional, pero no sabemos cuánto tiene que pasar para que eso ocurra ni cuál será su letalidad’, agrega Tomás Pérez-Acle, investigador y director de la Fundación Ciencia y Vida.

En lo inmediato, los expertos concuerdan en que la tendencia a la baja de casos y positividad de Ómicron en el país podría estabilizarse durante marzo, para luego tener un repunte a fin de mes, sobre todo con el retorno a clases.

‘En mayo a junio suele haber un incremento estacional del virus, pero no debería producir trastornos como este verano’, comenta O’Ryan. Luego, hacia la primavera una nueva baja, que quizás sea el comienzo del fin de la ola asociada a Ómicron.

Asimismo, en las próximas semanas se comenzaría a ver un peak de utilización del sistema sanitario, agrega Pérez-Acle. ‘Hay un desfase con el peak de infecciones de tres meses con esta variante. Eso supone un mayor uso de camas básicas e intermedias que igual puede saturar al sistema’.

Como Ómicron ha mostrado alojarse sobre todo a nivel de las vías respiratorias superiores, no genera casos tan graves como variantes previas. Pero debido a su mayor contagiosidad, el número de pacientes que pueden requerir hospitalización, aunque no UCI, puede crecer.

Sylvain Aldighieri, experto de la OPS sobre coronavirus, señaló esta semana que ‘aunque haya repuntes, el impacto de la pandemia irá disminuyendo a nivel global en términos de carga de enfermedad severa y de muertes, pero eso variará de un país a otro dependiendo de la cobertura de vacunación’.

Un aspecto en el que Chile va a la cabeza a nivel mundial y que los expertos enfatizan ha sido fundamental para contener el impacto de algunas olas. Eso, junto a las medidas de autocuidado que deben seguir presentes. ‘Levantar todas las restricciones, como han hecho otros países, es muy apresurado en las actuales condiciones’, opina Elorrieta.

A juicio de O’Ryan, ese tipo de decisiones se pueden tomar con niveles de casos y de positividad mucho más bajos a los que tenemos hoy. ‘En esto no hay verdades absolutas. Sí se podrá avanzar más adelante en más aforos y el no uso de mascarilla en exteriores, pero el resto de las medidas (mascarillas en lugares cerrados, lavado de manos) debería mantenerse igual por el resto del año al menos’, agrega.

Recuadro

– Aprendizaje a futuro

Estos años de pandemia también han servido para comenzar a prepararse para futuras crisis sanitarias. ‘Cuándo ocurrirá una nueva pandemia es incierto, pero sí hay potencial para que suceda’, dice Miguel O’Ryan, quien participó el año pasado en un grupo de trabajo internacional para elaborar un manual de preparación ante futuras pandemias. ‘Hay que promover esfuerzos para pesquisar el surgimiento de nuevos microorganismos y detenerlos a tiempo’, explica.

La presencia del hombre en áreas donde antes no llegaba y el impacto del cambio climático harán que la posibilidad de enfrentarse a patógenos desconocidos se incremente. ‘Lo clave es adelantarse en la toma de decisiones. Lo que vemos hoy (en cuanto a contagios) es lo que pasó hace dos o tres semanas’, comenta Felipe Elorrieta.

Para Tomás Pérez-Acle, uno de los mayores aprendizajes es rescatar el rol de la ciencia. ‘Esta pandemia nos ha enseñado que las decisiones de las autoridades deben estar de la mano del conocimiento científico’.