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12:03 pm el 2 de Mayo del 2022

Durante 2021 se realizaron 79.027.451 prestaciones a través de la Modalidad de libre Elección

Actualmente, el modelo de salud chileno está integrado por el sistema público y privado. Aunque hay un poco más de tres millones de personas en este último, la red privada absorbe gran parte de las atenciones médicas, así como también los exámenes e intervenciones quirúrgicas. Por esta razón, los expertos miran con precaución el sistema universal propuesto en la Convención.

Fuente: La Tercera

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Actualmente, Chile tiene un sistema de salud mixto, integrado por el seguro público, Fonasa, donde hay 15.233.814 de beneficiarios y por las isapres, que corresponde a los seguros privados, donde están alrededor de 3,4 millones de personas.

Eso sí, quienes tienen el seguro público y pertenecen a los tramos B, C y D, pueden optar a la Modalidad de Libre Elección (MLE), es decir, el beneficiario elige libremente al profesional o entidad, del sector público o privado, que se encuentre inscrito en el Rol de Fonasa.

Durante 2021 se realizaron 79.027.451 prestaciones a través de esta modalidad. De ellas, los exámenes de diagnóstico fueron los más solicitados, pues se hicieron 46.588.139, lo que corresponde al 58% del total de las prestaciones. Luego vienen las atenciones médicas, que configuran el 23%. El aporte de Fonasa para estas prestaciones fue de $ 627.239.907.981 y el copago de $ 786.044.308.544. De acuerdo a la misma institución, el sector privado realiza un aporte complementario, a través de la MLE, que representa un 6% del gasto de Fonasa en un año.

El exsuperintendente de Salud, Patricio Fernández, sostiene que ‘si una persona requiere una atención de un especialista o una cirugía, en estos momentos el sector público de salud y el asegurador Fonasa no está en condiciones de garantizar eso en tiempos inmediatos. Por eso, muchas veces las personas que pueden acceder al sistema de libre elección, optan por resolver sus problemas en el sistema privado’.

Frente a las mejoras que se le podría hacer al aseguramiento público, el director de Fonasa, Camilo Cid, afirma que ‘lo primero es fortalecer el sistema público de salud. Eso implica no sólo hacer más eficiente el uso de los recursos y de la capacidad instalada, sino que ampliarla y modificar los modelos de atención. No hay nada más eficiente en salud que asumir la estrategia de Atención Primaria a cabalidad. Esta es la enseñanza que nos entrega la experiencia de los países con sistemas de salud maduros’.

Al mismo tiempo, la autoridad agrega que ‘los cambios estructurales en el financiamiento, con la conformación de un Fondo Universal de Salud, debieran poner los recursos que el país dispondrá para salud al servicio de tales objetivos’.

La participación de la red privada

De acuerdo al Dimensionamiento del Sector de Salud Privado en Chile que prepara Clínicas de Chile bianualmente, del total de la población del país, se estima que los potenciales demandantes de prestadores de salud privados alcanzan a 15.427.964 personas, es decir, un 79,3% del total de la población.

Ahora, el total del grupo de prestaciones otorgadas en el país en 2020 fue de 214 millones de atenciones. De estas, el sector de prestadores de salud privado entregó un 40,7%. Además, un 52,5% de la actividad de los prestadores privados se entregó a pacientes Fonasa a través de MLE o por pago por grupos relacionados de diagnóstico (GRD).

Por esta razón, Javier Fuenzalida, vicepresidente ejecutivo de Clínicas de Chile – agrupación que reúne a los 46 principales centros privados de salud- señala que ‘las clínicas privadas son un eslabón fundamental en el sistema de salud de los chilenos y chilenas, y están puestas al servicio del sistema en su totalidad, esto es, tanto de pacientes de Fonasa como del actual sistema de isapres, ya que el sistema público hoy no tiene la capacidad de atender a toda la ciudadanía’.

Según los datos de la Superintendencia de Salud, de los 12 millones de potenciales pacientes Fonasa, casi seis millones de ellos utilizaron la red privada durante 2020, es decir, casi la mitad. Y de un total de 15 millones de personas, el 55,7% acudió al los centros privados para una atención

El dilema de la Convención

El pasado 19 de abril, en la votación del segundo informe de la comisión de Derechos Fundamentales, la Convención aprobó siete de los 12 incisos del artículo 14, que consagra el derecho a la salud, pasando al borrador de la nueva Carta Magna que el sistema de salud será ‘de carácter universal, público e integrado’.

Ahora, respecto a las clínicas y las isapres, el pleno devolvió a la comisión el inciso que planteaba que ‘podrán existir seguros privados voluntarios, los que en ningún caso podrán sustituir o duplicar el rol del Estado. Ninguna persona habrá de incurrir en un gasto catastrófico en salud’.

También tendrá una revisión el inciso que establece que ‘los prestadores privados integrados al Sistema Nacional de Salud no podrán perseguir fines de lucro. La ley establecerá los requisitos y procedimientos pa ra su integración y funcionamiento’.

El director del Instituto de Salud Pública de la U. Andrés Bello, Héctor Sánchez, sostiene que de aprobarse estos incisos el impacto en la red asistencial sería grave: ‘Es imposible que el sector estatal reemplace en el corto, e incluso en el mediado plazo, la capacidad de atención que hoy se da en el sector privado. Por lo tanto, si se insiste en aprobar los incisos que se devolvieron a la comisión, sumado a lo que ya se aprobó, tendríamos una situación de crisis en el sector público que provocaría un incremento en las listas de espera y sabemos que un porcentaje de la población fallece esperando’.

De hecho, un informe realizado por la Fundación Politopedia concluye que 22.075 pacientes pasarían a engrosar los incumplimientos GES, esto implica un incremento en las listas de espera de un 40% con respecto a la situación actual (54.003), alcanzando un total de 76.408 pacientes. En el caso de las listas de espera por intervenciones quirúrgicas, estas podrían crecer un 17%, con 54.000 cirugías adicionales, alcanzando las 370.000.

Desde la agrupación de clínicas, Fuenzalida también ve el trabajo del órgano político con precaución: ‘Respaldamos la construcción de un sistema de salud a través de un plan único de salud, que genere un paquete suficiente de prestaciones con cobertura para todos. Sin embargo, un sistema único y estatal, donde los privados no tengamos cabida, no mejorará las condiciones de atención de las personas: sólo se recargará al sistema público con más de tres millones de pacientes adicionales que atender provenientes del sistema de aseguramiento privado, más los millones de pacientes de Fonasa que hoy se atienden en nuestras clínicas’.

Así, la directora ejecutiva del Centro de Políticas Públicas e Innovación en Salud de la Universidad del Desarrollo, y exsubsecretaria de Salud, Paula Daza, sostiene que ‘hay que reforzar la cooperación entre el sector público y privado, pues creemos que hasta el momento esta modalidad ha sido virtuosa. Probablemente, hay mucho que mejorar, sobre todo el tema de financiamiento, pero hay que permitir que todos los actores sigan participando dentro de la oferta de salud’.

El exministro de Salud Álvaro Erazo afirma que el sistema de salud propuesto en la Asamblea Constituyente es posible, pero hay que hacer modificaciones: ‘El salto que hay que dar para lograr la universalidad implica generar recursos progresivos para lograr una mayor calidad y cobertura de servicios en salud. Indudablemente, la suma no puede ser cero, hay necesidades sanitarias que están pendientes, hay que hacer uso de los recursos y hay que hacerlo de forma eficiente’.

En el contexto de la Convención, el director de Fonasa agrega que ‘respecto de la participación privada en la atención de salud, en un contexto de reforma, debiera ser funcional a lo ya señalado y ocurrir en el marco de reglas públicas. En ese caso, no veo cómo podría verse afectada la salud de las personas. Al contrario, sólo puedo imaginarme mejoras en los resultados de salud de la población producto de la implementación en el tiempo de un Sistema Nacional de Salud potente y sostenible’.