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10:19 am el 17 de Marzo del 2021

El panorama de hoy, comparado con la primera ola: menos casos activos, pero mayor ocupación UCI y desgaste en personal de salud

En junio del año pasado, los casos activos eran más de 59 mil y actualmente llegan a 32 mil. Sin embargo, en el peor momento de 2020 hubo 2.825 camas ocupadas y hoy hay más de 3 mil.

Fuente: El Mercurio

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Durante los meses de mayo, junio y julio del año pasado, Chile vivió la primera gran ola de contagios de covid-19. En ese entonces, el país recién comenzaba a ver la gravedad de la pandemia, con un alza de infecciones descontrolada y una demanda por camas UCI que estuvo muy cerca de superar las capacidades instaladas de la red asistencial.

Actualmente, se observa una segunda ola de casos. Sin embargo, después de un año de emergencia sanitaria, muchas personas parecen no dimensionar la dificultad de la situación.

Si bien actualmente los casos activos de covid son 32.867 en todo el país, una cifra muy inferior a los más de 59 mil que se registraron en junio, el virus está en una rápida expansión, sobre todo en regiones como Biobío y Metropolitana.

Además, la demanda que está absorbiendo la red sanitaria es incluso mayor a la de la primera ola. En el peor momento de junio del año pasado, hubo 2.825 camas críticas ocupadas, de las cuales 2.090 eran para pacientes con covid. Hoy hay 3.031 camas críticas ocupadas, de las cuales 2.099 albergan a enfermos con el virus.

Esa es una de las grandes diferencias: la demanda de cupos UCI por pacientes con patologías no ligadas a la pandemia ha aumentado, pasando de cerca de 700 casos el año pasado a más de 930 durante esta segunda ola, incluso superando los mil casos en algunas semanas.

Según los expertos, esto se explica en gran parte por la postergación de controles y visitas médicas durante 2020.

Además, ayer se llegó a la mayor cantidad de pacientes en ventilación mecánica de toda la pandemia, con un total de 3.031 personas. El año pasado, la cifra más alta se registró el 3 de julio, con 2.846.

Carlos Pérez, infectólogo y decano de la Facultad de Medicina y Ciencia de la U. San Sebastián, señala que ‘la situación sigue siendo igualmente grave que en la primera ola. Tenemos pacientes más jóvenes actualmente, la mayoría se concentra entre los 50 y los 69 años; en el pasado tuvimos más pacientes mayores. Pero hay que decir que la mayoría de estas personas tiene alguna enfermedad crónica que aumenta sus riesgos’.

Por su parte, Juan Carlos Said, máster en Salud Pública, advierte que ‘la situación es más grave que la que vimos en julio, básicamente porque hay mayor número de pacientes hospitalizados y porque aún no se observa un quiebre en la tendencia al alza en contagios’. Añade que en las próximas dos semanas es muy probable que ‘veamos un incremento en el número de hospitalizados, lo cual va a poner al sistema claramente en una situación límite’.

El cansancio acumulado

Otra de las grandes desventajas en el combate contra la pandemia por estos días es el agotamiento de la gente después de un año. Y este cansancio no solo se ve reflejado en el personal de salud, donde cerca del 25% se encuentra con licencia médica, sino también en la población general.

Héctor Sánchez, director del Instituto de Salud Pública de la Universidad Andrés Bello, afirma que ‘hay un problema que, a mi juicio, es el más grave de todos: la gente efectivamente está cansada y ha perdido credibilidad respecto de las medidas de separación física y del uso de mascarillas. Principalmente de separación física; por lo tanto, las personas están con menos miedo y se están moviendo más, están respetando menos las medidas de restricción como las cuarentenas, como los toques de queda. No se están respetando completamente; la gente se está juntando, se está moviendo’.

A lo anterior se suma, de acuerdo con especialistas, que el rápido avance que ha tenido el plan de inmunización contra el covid-19 ha generado optimismo entre la gente.

Pero si bien la vacunación en curso es un punto a favor en esta segunda ola de contagios, los expertos aseguran que el proceso no tendrá un efecto claro antes de abril. Y recién cuando se inocule al 80% de la población objetivo, lo que se espera suceda a mediados de año, se podría ver una caída sustantiva de las infecciones.