Estos son los exámenes médicos imprescindibles al cumplir 65 años

Al llegar a esa edad el cuerpo experimenta una serie de cambios fisiológicos. Densitometría ósea, controles de vista y audición, así como evaluar el riesgo de demencia son parte de las recomendaciones de los expertos para tener una vejez lo más saludable posible.

Fuente: El Mercurio

Cuando se acerca el cumpleaños número 65, el cuerpo suele experimentar una serie de cambios importantes relacionados al envejecimiento.
Según la Organización Mundial de la Salud, desde un punto de vista biológico, el envejecimiento se trata ‘del resultado de la acumulación de una gran variedad de daños moleculares y celulares a lo largo del tiempo, lo que lleva a un descenso gradual de las capacidades físicas y mentales y a un mayor riesgo de enfermedad’.
Si bien estos cambios no son lineales y su vinculación con la edad de una persona es relativa, los médicos recomiendan que al alcanzar este segmento etario las personas se realicen algunos chequeos médicos preventivos.

‘La prevención es muy importante en los adultos mayores, ya que después de los 65 años hay muchas condiciones de salud que no dan síntomas, por lo que es clave hacerse ciertos exámenes’, asegura Andrés Glasinovic, especialista de la Unidad de Medicina Preventiva de la Clínica U. de los Andes.

La idea, dicen los especialistas consultados, es alcanzar la vejez con la mejor salud posible y mantenerla con el paso de los años.
Dentro de los chequeos médicos más generales, precisa el experto, ‘se recomienda la toma de la presión arterial para detectar hipertensión y evaluar siempre el peso, la talla y el Índice de Masa Corporal (IMC) para ver cómo está el estado nutricional. Asimismo, la glicemia para la detección de problemas como la diabetes’.

A juicio de Glasinovic, ‘en ambos sexos los estudios digestivos son esenciales, por ejemplo si hay factores de riesgo, una colonoscopía. Y evaluar caso a caso una endoscopía digestiva alta si es necesario’.
Adriana López, miembro de la Sociedad de Geriatría y Gerontología de Chile, cuenta que ‘cuando las personas cumplen esta edad se recomienda que se realicen un control médico integrado. Ese control parte por el examen físico y la evaluación neurocognitiva para tener el primer barrido de cualquier signo de alerta que se pueda detectar. Ahí comienza la valoración geriátrica integral del paciente con todas sus esferas: biomédica, síndromes geriátricos, la parte social y la parte neurocognitiva y funcional. Luego se decide qué exámenes más específicos se piden’.
Por otro lado, agrega López, ‘aunque no hay una ‘receta de cocina fija’, por decirlo de alguna manera, sobre estos chequeos médicos, en general sí son pertinentes para la mayoría de los pacientes un electrocardiograma, un perfil hepático, los niveles de vitamina B12 y de vitamina D y de las hormonas tiroideas’.
Por otro lado, en el caso específico de las mujeres que sobrepasan los 65 años se aconseja ‘considerar la densitometría ósea para ver si hay signos de osteoporosis y osteopenia en los huesos’, dice Glasinovic.

Mientras que en el caso de los hombres, especifica el profesional, ‘sobre todo a partir de los 55 años se recomienda como tamizaje universal el antígeno prostático específico’.

Funcionalidad

No solo la salud física es importante: la mental también es fundamental para el bienestar.
Juan Ignacio Quinteros, geriatra de la Clínica Alemana, afirma: ‘En las personas mayores es clave mantener la funcionalidad, esto es, poder sostener las actividades de la vida diaria de forma independiente. Esto requerirá no solo una función física adecuada y concordante, sino también una función cognitiva adecuada’.
En esta línea, el médico comenta que ‘evaluar el riesgo de demencia, depresión, trastornos de ansiedad, insomnio y otras condiciones cognitivas es súper relevante. Por ejemplo, si la persona tiene deterioro cognitivo o depresión no podrá ser autovalente. Entonces, es esencial detectar si hay riesgo, para así prevenir y tratar a tiempo’.
Quinteros añade que, por este motivo, ‘en los Cesfam se realiza hace muchos años el Examen de Medicina Preventiva del Adulto Mayor (EPAM), que considera no solo la perspectiva biomédica, que podría ser pertinente en otras edades también, sino que incluye componentes centrales para los séniors, como el social, redes de apoyo y maltrato, entre otros’.
Los entrevistados advierten que cada caso es diferente, por lo que la recomendación principal es siempre consultar con un geriatra u otro especialista del área de la salud que pueda determinar qué chequeos son los más apropiados de acuerdo a las necesidades y los factores de riesgo individuales.

Cabe mencionar que existe el Examen de Medicina Preventiva (EMP), una evaluación de salud gratuita que forma parte de las prestaciones del AUGE-GES, para las personas beneficiarias de Fonasa e isapre, que contempla exámenes para adultos de 65 años y más.