Estudio global revela drástico aumento de las muertes por enfermedades cardiovasculares
El incremento de la hipertensión, la obesidad y la diabetes, entre otros factores, explicarían el mayor número de decesos. Las proyecciones son aún más negativas para Chile y toda América Latina debido el envejecimiento de la población.
La principal causa de muerte en el mundo, las enfermedades cardiovasculares, están cobrando cada vez más vidas; un aumento que ha evolucionado de forma dramática en los últimos años.
El problema lo reveló un estudio global que fue publicado anoche, en la revista del Colegio Estadounidense de Cardiología. Este evaluó la carga por enfermedades cardiovasculares desde 1990 hasta 2019 en 204 países, incluido Chile.
Los hallazgos mostraron que la proporción de personas con estas patologías casi se duplicó, de 271 millones en 1990, a 523 millones en 2019. Y el número de muertes por esta causa ha ido aumentando constantemente y pasó de 12,1 millones en 1990, a 18,6 en 2019.
Ese año, la mayoría de las muertes por enfermedades cardiovasculares en todo el mundo fueron cardiopatía isquémica, una lesión de los vasos sanguíneos al corazón, y el accidente cerebrovascular.
Otros resultados indican que los años de vida en discapacidad debido a enfermedades cardiovasculares casi se duplicaron también de 17,7 millones en 1990, a 34,4 en 2019.
‘Es una mala noticia, pero esperable’, comenta el doctor Gabriel Maluenda, cardiólogo del Hospital San Borja Arriarán y académico de medicina interna de la U. de Chile.
‘Los registros de década a década también han arrojado esta tendencia prácticamente en todo el mundo, es decir, todas las regiones están peor que antes’, dice el doctor.
Maluenda cree que el problema se asocia con un aumento de los factores de riesgo, como la hipertensión, el tabaquismo, la diabetes, el sedentarismo y la obesidad.
Estilo de vida
‘En el fondo, esto tiene que ver principalmente con factores de riesgo modificables, como el aumento de peso y la mala alimentación, que han ido creciendo también’, añade el especialista.
De hecho, el estudio indica una redistribución de estos factores. Si bien el consumo de tabaco bajó un puesto en la lista de riesgos, el índice de masa corporal subió del sexto lugar al quinto, lo que indica que su aumento se considera aún más preocupante en la actualidad.
De allí que los autores de la investigación incluyen un llamado a los gobiernos a establecer programas de salud pública dirigidos a reducir el riesgo cardiovascular a través de cambios en el estilo de vida.
Juan Carlos Venegas, cardiólogo y jefe de la Unidad de Cuidados Coronarios de Clínica Las Condes, coincide: ‘A raíz de estos datos, parece fundamental que las políticas se centren en prevención, ya sea a través de los distintos niveles del sistema de salud, pero también de educación, con campañas sobre alimentación sana y reducción del sedentarismo, que si bien existen, me parece que deben profundizarse’.
A nivel local
El estudio arrojó que Chile está entre los países de América Latina que más años por discapacidad presenta debido a la fibrilación auricular o frecuencia cardíaca acelerada, una anomalía que aumenta el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular y complicaciones cardíacas.
Así, en el país se pierden entre 110 y 120 años por discapacidad, asociada con esta patología, por cada 100 mil personas.
‘El envejecimiento de la población local tiene que ver en esto y por eso es muy importante trabajar la prevención; mucho más en los adultos mayores, con el tratamiento óptimo de la hipertensión. O sea que el mensaje es que nunca es tarde para comenzar a cuidarse’, dice el doctor Jorge Jalil, profesor de Cardiología de la Facultad de Medicina UC.
Y el estudio alerta sobre este punto. Este menciona la posibilidad de que el escenario relacionado con las muertes sea aún peor para América Latina en los próximos años, dado que la proporción de personas mayores en esta región se duplicaría entre 2019 y 2050.
‘Como este tema nos toca directamente, en nuestra población chilena será fundamental la educación, impulsando el ejercicio, debido a los altos niveles de sedentarismo que tenemos, comer con menos sal y carbohidratos, y fomentar la consulta preventiva (ver recuadro)’, puntualiza el doctor Jalil.