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12:01 pm el 15 de Abril del 2020

La carrera en el mundo y en América Latina por testear masivamente a la población

Aunque hoy EE.UU. lidera, queda atrás en el número de pruebas per cápita, donde destacan Islandia y Emiratos Árabes Unidos.

Fuente: El Mercurio

La carrera

Test, test y más test”. El secretario general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, no se cansa de repetir su recomendación a los países frente al coronavirus: “No puedes combatir un incendio a ciegas, y no puedes detener una pandemia si no sabes quién está infectado”. Mientras el mundo ya bordea los 2 millones de casos, la carrera por diagnosticar rápidamente a los contagiados, y así poder aislarlos y cortar la cadena de transmisión, se ha convertido en una prioridad de muchos países que han multiplicado sus esfuerzos por adquirir kits de pruebas. Luego de haber comenzado muy lentamente, EE.UU. se ha puesto al día.

El país más golpeado por el coronavirus, con 611 mil casos confirmados y 26 mil muertos, es el que más test ha realizado hasta ahora, con 3.063.000 pruebas, lo que representa unos 9.200 por cada millón de habitantes (pmh). El Presidente Donald Trump dice que quiere aumentar la capacidad de detección con test rápidos desarrollados en EE.UU., lo que considera clave para reabrir la economía, pero reconoce los límites de una estrategia que implementó demasiado tarde: “Queremos hacer testeos masivos y veremos si los tendremos. ¿Son necesarios? No. ¿Sería bueno hacerlos? Sí”, admitió recientemente. “Estamos hablando de unas 325 millones de personas, y eso no va a pasar (…) Otros países lo hacen, pero en forma limitada.

Probablemente seremos el líder del grupo”, añadió. El segundo país que ha hecho más test de coronavirus es Rusia, con 1,4 millones de pruebas (9.600 por cada millón de habitantes), de las cuales solo 21 mil han resultado positivas, una cifra oficial del Kremlin que ha sido cuestionada por expertos. Justo atrás está Alemania, con 1,3 millones de test (15 mil por cada millón de personas) y 131 mil casos, un modelo de detección masivo impulsado por el Instituto Robert Koch de virología —que asesora al gobierno de Angela Merkel— que ha contribuido a que el país tenga una de las tasas más bajas de letalidad (2,5%) entre las 10 naciones más afectadas.

En términos brutos, le siguen en número de pruebas realizadas Italia (1 millón de test), Emiratos Árabes Unidos (648 mil), España (600 mil) y Corea del Sur (527 mil), un país considerado modelo en la estrategia de testeo masivo, sobre todo por su implementación temprana y seguimiento, que le ha permitido mantener bajo control los contagios con apenas 10 mil casos positivos. Países y territorios más pequeños, por otra parte, destacan en el número de test per cápita. Las Islas Feroe, que tienen una población de solo 48 mil personas, lideran este apartado a nivel mundial, con cerca del 12% de sus ciudadanos que ya se han sometido al examen.

Las escolta Islandia, que con una población de 364 mil personas se ha convertido en un laboratorio a gran escala en el que se pretende analizar a la mayor cantidad de ciudadanos, de manera gratuita y aunque sean asintomáticos; el país nórdico ha realizado 106 mil pruebas por cada millón de habitantes, y gracias a la información que ya tiene una empresa biotecnológica local sobre el código genético de la población, se pretende analizar las mutaciones del virus y sus efectos. También destaca en el testeo per cápita Emiratos Árabes Unidos, que con una población mucho mayor a los anteriores (9,6 millones) ya ha realizado 65 mil test por cada millón de personas, superando con distancia a otras naciones ricas como Noruega y Suiza, ambas con un promedio de 23 mil test pmh.

América Latina no está al margen de la carrera mundial por los tests de diagnóstico, aunque con realidades muy distintas. Si se confía en las fuentes oficiales, Venezuela es el país que más test está realizando, con 203 mil hasta ahora (7.100 por millón de habitantes). Según el régimen de Nicolás Maduro, tras haber recibido un medio millón de kits rápidos de China, actualmente realiza 25 mil pruebas diarias, lo que le ha permitido mantener a raya los contagios, con apenas 189 casos. Pero tanto expertos como dirigentes opositores cuestionan esos datos. Detrás de Venezuela estaría Chile, con 87 mil test (4.500 por millón de habitantes), y Perú, también con 87 mil pruebas pero una menor cifra per cápita (2.600 pmh).

Y luego está Brasil, que ha realizado 63 mil test, pero queda muy rezagado en términos proporcionales por su alta población (290 pruebas pmh). Más atrás están Colombia (43 mil test, unos 800 pmh), Ecuador (25 mil test, 1.400 pmh) y Argentina (22 mil, 500 pmh), mientras que Paraguay (3.300 test, 470 pmh) y Bolivia (2.100, 180 pmh) son los países que menos testean en Sudamérica. Ronald Waldman, experto en salud global de la Universidad George Washington que trabajó durante décadas en los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. (la principal agencia federal de salud pública del país), señala que el testeo masivo sigue siendo “la mejor estrategia para tratar de suprimir e interrumpir la transmisión del virus“, tal como lo demostraron China, Corea del Sur, Singapur y Taiwán.

Pero esto es en teoría. El problema es que la mayoría de los países no son como China o Corea, muchas son naciones de bajos ingresos que no tienen la capacidad de adquirir los kits o capacitar a los trabajadores, ni tienen la disciplina para forzar el aislamiento y cuarentena”, dice a ‘El Mercurio’. “Tampoco hay que caer en la trampa de pensar que testear es la única estrategia útil. No se trata de ‘quien hace más test, gana’. Lo que importa es lo que viene después de la prueba, como el rastreo de contactos“.

El testeo agresivo es la pieza clave del puzle”, dice Jeffrey Shaman, profesor de ciencias de la salud de la Universidad de Columbia, quien resalta la importancia que seguirá teniendo esta práctica para retomar la normalidad. “El testeo para identificar contagios será importante mientras la inmunidad comunitaria sea baja. Los límites estarán dictados por la capacidad de suministros, reactivos y la capacidad de los laboratorios. Y es probable que luego se incluyan test serológicos para detectar los anticuerpos del SARS-CoV2, los que permitirían a las personas volver al trabajo. Pero ahora es probable que solo una baja parte de la población se contagie, así que no será suficiente para reabrir las economías”.

– Tipos de test

La estadística sobre los test documentada por la Universidad Johns Hopkins no especifica qué tipo de prueba realizan los países. Existen dos tipos. Los PCR (Reacción en Cadena de Polimerasa) buscan secuencias genéticas del virus mediante reactivos; se trata del diagnóstico más confiable, pero requiere un análisis en laboratorios de microbiología, personal cualificado y tarda varias horas.

Los otros son los ‘test rápidos‘ o serológicos, que detectan los anticuerpos al covid-19, tardan unos minutos en entregar resultados, pero son mucho menos fiables, ya que miden la respuesta inmune cuando la enfermedad lleva varios días de evolución.

La mayoría de los países están concentrando sus esfuerzos en adquirir test rápidos, lo que no ha estado exento de dudas. España, Turquía y República Checa, por ejemplo, tuvieron que desechar miles de pruebas compradas a un proveedor chino no certificado, tras comprobar que tenían una sensibilidad de solo 30%.

– El gobierno británico ha prometido realizar 100 mil test diarios a fines de abril. Hoy solo llega a un cuarto de esa meta.