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10:35 am el 18 de Diciembre del 2020

Las vacunas contra el covid-19 son el descubrimiento científico del 2020

Como nunca en la historia, científicos, laboratorios, farmacéuticas y gobiernos unieron sus fuerzas para lograr lo impensado: una inoculación segura y eficiente contra el virus que puso en pausa al planeta.

Fuente: El Mercurio

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El 31 de diciembre de 2019, las autoridades de salud de la ciudad china de Wuhan reportaron que 27 personas habían desarrollado una extraña forma de neumonía. Una semana después, científicos revelaron que un coronavirus desconocido era el responsable del brote y, junto con ello, hicieron pública la secuenciación genética del que sería conocido como SARS-CoV-2.

Menos de un año después, la vacunación contra el virus que se convertiría en la pandemia más desafiante para el ser humano comenzó en algunos puntos del planeta. Por ello, este logro sin precedentes que unió a científicos, laboratorios, gobiernos y farmacéuticas de todo el mundo se convirtió en el descubrimiento del año para la revista Science, que de forma anual escoge las 10 investigaciones científicas más importantes, según sus editores.

En febrero pasado la pandemia ya estaba en pleno desarrollo en el hemisferio norte y pronto llegaría a Chile. Mientras autoridades y población trataban de protegerse, un batallón de científicos llevaba tiempo sin parar de trabajar en la vacuna con fondos de los gobiernos, pero también de privados.

Es así como en abril la biofarmacéutica china Sinovac anunció que su vacuna había logrado proteger a monos del virus. Para el 20 de ese mismo mes, cinco compañías alrededor del mundo ya tenían sus vacunas en pruebas clínicas, y otras 71 avanzaban en la etapa preclínica.

Unos pocos meses después, en noviembre, se comenzó a ver la luz al final del túnel. Pfizer y Moderna anunciaron que sus vacunas, que estaban siendo probadas en miles de voluntarios, tenían un 95% de efectividad. Lo que usualmente demoraba años se había logrado en meses.

Hoy la vacuna de Pfizer, la primera que llegó a la meta, se está aplicando en Inglaterra y Estados Unidos, mientras otros países están a punto de empezar. Chile le dio su aprobación el miércoles pasado.

‘La importancia directa de estas vacunas es la posibilidad de frenar la pandemia. Pero además está el trabajo detrás de sus desarrollos y esa experiencia va a quedar’, dice María Isabel Oliver, directora de Ingeniería en Biotecnología de la Universidad Andrés Bello. ‘Ese conocimiento va a poder ser aplicado a un montón de otras necesidades y no solo en medicina’, agrega.

La agricultura o los biocombustibles, pero también el tratamiento de enfermedades y el desarrollo de vacunas contra el cáncer, son algunas de las posibles aplicaciones, ejemplifica la especialista.

Información a medias

Si bien la carrera por la vacuna ha avanzado rápido, el manejo de la información en torno al proceso a veces ha sido un obstáculo, asegura Science. Así como la globalización y la facilidad de traslados permitieron que el virus llegara en tiempo récord a cada rincón del planeta, las redes sociales han hecho volar aún más rápido tanto la información como la desinformación.

‘Lo que ha pasado es que en países como Estados Unidos el tema se ha politizado y con ello es más fácil que las teorías de conspiración y la desinformación aparezcan’, dice Sebastián Valenzuela, académico de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Católica.

En un país donde un grupo importante niega el cambio climático y cree que los investigadores tienen un pensamiento demasiado liberal, es esperable la desconfianza, dice el especialista. ‘Pero en Chile eso no pasa. La gente confía en los científicos y en la academia’, agrega.

El riesgo de que la gente no quiera vacunarse no es tan alto en Chile, pero eso no implica que existan dudas, opina el académico. La exageración, las medias verdades o el que figuras públicas expresen su aprensiones frente a la vacuna, pueden ayudar a que esa duda crezca en los que no están convencidos.

Lo que tampoco ayuda a ese resquemor es que finalmente se trata de un tema poco conocido. ‘Nunca ha habido un interés tan grande sobre el desarrollo de una vacuna’, dice Sebastián Valenzuela. Por eso, tanto el proceso como los problemas esperables de este han estado bajo un intenso escrutinio y muchas veces han sido tratados públicamente fuera de contexto, agrega. Pero ello no implica que el desarrollo de las vacunas no sea serio ni confiable, explica.