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10:51 am el 22 de Agosto del 2022

Los prestadores privados proponen cinco pilares de un pacto para reformar la salud

La asociación gremial cree que es urgente avanzar en un pacto de salud que mejore el acceso y la oportunidad, con una cobertura universal que proporcione equidad y libertad de elección, con un financiamiento sustentable, una complementariedad entre el sector público y privado, y que ponga el foco en medicina preventiva.

Fuente: La Tercera – Pulso

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Salud es la reforma más urgente a implementar, según han mostrado últimamente las encuestas, en un contexto en que la ciudadanía tiene una opinión crítica sobre cómo funciona el sistema. “Aquí lo más importante y lo que necesitan nuestros pacientes son certezas. Y hoy día lo que menos hay son certezas”, comenta el presidente de Clínicas de Chile, Gonzalo Grebe.

En este contexto, desde la asociación gremial que reúne a los 40 principales prestadores de salud privados de Santiago y regiones, tienen una propuesta para avanzar en mejorar el sistema. “El problema de salud requiere un nuevo pacto, donde participen todos los actores. Obviamente que, en su rol principal, todo debiera moverse y centrarse en torno a los pacientes. Creo que esto requiere de verdad, frente al problema que estamos viviendo, un acuerdo entre todos, prestadores, aseguradores, legisladores, autoridades, para efectivamente poder terminar con una solución”, comenta Grebe.

Las isapres han advertido en el último tiempo que están sin margen de operación, solo funcionan con aportes de sus dueños y que el cierre puede producirse en solo meses. El problema financiero que las aseguradoras dicen estar viviendo también está repercutiendo sobre los prestadores.

Pero este nuevo pacto de salud que plantea el líder del gremio va más allá de la coyuntura actual. “En el corto plazo hay una contingencia, que es el tema del financiamiento. Pero si pensamos en el largo plazo, pensamos en lo que los pacientes necesitan, en cuál es la solución real. Para una persona que tiene hoy día un problema de salud, no saber si va a poder acceder, no saber si lo va a poder resolver y no saber si lo va a poder financiar… Creo que esos son temas que hoy día no se pueden seguir dilatando, no se pueden seguir extendiendo y lo que más hay hoy día son incertezas. En virtud de eso, nosotros hemos trabajado harto como asociación gremial. Este es un tema que va mucho más allá del corto plazo”, dice Gonzalo Grebe.

En ese sentido, plantea que “aquí hay por lo menos cinco pilares sobre las cuales se tiene que plantear cualquier pacto social”. El primero, enumera, es el pilar de acceso y oportunidad. “Eso tiene clara relación con uno de los problemas más graves que hay hoy día, que tiene que ver con las listas de espera”, explica.

Justamente, las encuestas muestran que respecto de la importancia de aspectos a abordar en una reforma de salud, el prioritario es la atención oportuna, sin listas de espera. Al cierre de junio, 67.417 personas estaban esperando una atención GES, con un retraso promedio superior a los cinco meses, según información del Ministerio de Salud.

El segundo pilar que propone el presidente de Clínicas de Chile, tiene que ver con la equidad y la libertad de elegir. En esa línea, Grebe plantea que haya una cobertura universal de salud que puedan tener todas las personas, donde actores públicos y privados puedan ofrecer este plan único, y que permita que las personas puedan acceder a la mayor cantidad de prestadores posibles, pero que también exista una oferta suficiente para las personas y la libertad para que quienes quieran acceder a otro tipo de prestadores, puedan hacerlo.

“El tema de la libertad de elegir pasa porque, efectivamente, en la medida que exista una solución para todos, cuando hablamos de equidad hablamos de que todas las personas deberían tener una solución básica con los problemas fundamentales y prioritarios en salud, en la cual la autoridad o el sistema debiera garantizar la oportunidad y el acceso, y de la forma que está planteado hoy día para nosotros, el hecho que las personas puedan elegir donde hacerlo también, y que exista esta amplia gama de prestadores públicos y privados que puedan convivir y que puedan de alguna forma comprometerse en este pilar de oportunidad de acceso. Efectivamente, eso va a ser mejor para las personas”, comenta.

El tercer elemento que plantea Grebe tiene que ver con el financiamiento. “Ahí nuestro planteamiento, más allá de si el financiamiento es privado o si el financiamiento es público, es que tiene que haber un financiamiento sano y tiene que ser sustentable. Y hoy día lo que tenemos es un financiamiento que no lo es”, asegura.

Grebe cree que el financiamiento actualmente no solo no es sustentable desde el punto de vista privado, en un contexto en que las isapres han advertido que viven una crisis financiera, sino que además, “el sistema público no es un sistema financiable. El seguro público hoy día no es un sistema sustentable. Las brechas o los déficits se cubren con incrementos de gasto público. Por lo tanto, sinceremos también la realidad para que, de una vez por todas, tengamos un sistema de financiamiento que permita cumplir con las oportunidades de acceso, con estos conceptos de equidad, con los conceptos de libertad de elección. Pero ese sistema, tanto público como privado, tiene que ser sustentable en el tiempo”, puntualiza Grebe.

El cuarto elemento que propone la asociación sectorial tiene que ver con la complementariedad. “Aquí los problemas son muchos, y los prestadores son pocos”, menciona. Y aclara que utiliza la palabra “complemento” y no otra, “porque creemos que esto de asimilarse al sistema público lo que hace es nivelar hacia abajo. Nosotros nos queremos complementar. Aquí hay una necesidad de fortalecimiento del sistema público muy, muy importante. Nosotros vamos a apoyar todo lo que sea, pero somos un complemento, y creemos que el camino de la integración no necesariamente es el que favorece más a las personas”.

Grebe opina que el modo en que funcionaron los prestadores privados junto al sistema público durante la pandemia, bajo un sistema de gestión unificada, fue una fórmula que funcionó, pero que no es sostenible en el largo plazo, sino más bien para situaciones coyunturales, porque “no todos los prestadores tienen espacio, porque lo que hay detrás de ese sistema es una fijación de precios. Entonces, eso automáticamente te va a dejar prestadores por fuera”.

Y para ejemplificar la complementariedad a la cual cree que se podría aspirar, menciona el modo en que funciona el sistema fuera de la capital: “En regiones es donde claramente hay una mayor brecha de recursos con respecto a lo que se necesita, el rol del privado en complemento a la necesidad que tiene el paciente, y que requiere del hospital público, es fundamental. Al final, eres parte de la oferta, los mismos médicos trabajan en los dos lugares, y los sistemas públicos contratan los servicios del sector privado y complementan las ofertas para sus propios pacientes, y finalmente funciona como un sistema”.

El quinto pilar es uno que, a juicio de Grebe, “ha estado bastante ausente de la discusión”, y tiene que ver con un cambio de paradigma, que es “salir de este concepto de medicina curativa, y pasar a una medicina preventiva. La medicina curativa per se es una medicina muy ineficiente, muy costosa. Y si pensamos en un sistema de financiamiento sustentable, sano y sustentable, si no hay un foco real en la prevención eso no va a ocurrir nunca. Solo vamos a gastar más y de una forma poco efectiva y poco eficiente y que no permite a la larga mejorar la calidad de vida de las personas”.

El gobierno ha dicho que pretenden avanzar en una reforma estructural a la salud creando un Fondo Universal de Salud (FUS), donde se pretende que la totalidad de las cotizaciones de salud de los trabajadores (7%) y el aporte del Estado se concentre en un solo fondo común. Ello significa que dejan de existir las isapres tal como se conocen hoy, empresas que podrían seguir funcionando en el denominado “segundo piso” del sistema, como seguros complementarios voluntarios privados.

A juicio de Grebe, no está claro que el FUS que propone el gobierno esté en línea con estos pilares. Cuando ello ocurre, complementa, “te enfrentas a un ente único que va a ser el comprador de las soluciones en salud, a lo que nosotros hemos llamado el monopsonio… Primero, lo más probable es que nos encontremos en una regulación y fijación de precios. Eso desincentiva la innovación, desincentiva el desarrollo, desincentiva la inversión en tecnología. Entonces, son elementos que no nos gustan porque claramente van en una línea que no es la que nosotros promocionamos y creemos que eso no va a ayudar a resolver los problemas de las personas”.

En paralelo, la propuesta de nueva Constitución establece un Sistema Nacional de Salud “de carácter universal, público e integrado”. La norma permite que pueda existir un modelo de salud mixto, ya que establece que el Sistema Nacional de Salud podrá estar integrado por prestadores públicos y privados, al igual que en el diseño actual, aunque no especifica cómo podrán participar en éste. Se dictamina, eso sí, que el Estado tiene el deber de velar “por el fortalecimiento y desarrollo de las instituciones públicas de salud”. La propuesta de nueva Carta Fundamental innova especialmente en el carácter universal e integrado del financiamiento del sistema de salud, ya no existiría libertad de elección en este asunto: las cotizaciones obligatorias de salud de los trabajadores -que actualmente van a Fonasa o a una isapre- serían administradas exclusivamente por una entidad pública, y se cobrarían “con el solo objeto de aportar solidariamente al financiamiento” del Sistema Nacional de Salud.

Lo que proponen tanto la nueva Constitución como el gobierno implicaría que la cotización de las personas se destine a un fondo público. En su propuesta, el presidente de Clínicas de Chile opta por no tomar posición respecto a qué se debería hacer con la cotización obligatoria. “Lo que pasa es que el futuro del 7% creo que no es el tema más relevante. Parte importante de ese 7% hoy día no se usa para resolver problemas de salud, se usa para financiar licencias médicas, se usa para financiar estudios de abogados en la judicialización que vive el sistema asegurador. Por lo tanto, aquí lo que hay que pensar y reformular es cuánto es lo que requiere, cómo se financia el sistema, de dónde vienen los aportes, sean parte de esas cotizaciones o algún tipo de financiamiento distinto”, comenta.

Y añade que “claramente lo que estamos planteando es que tiene que haber un reformulamiento para que este sistema sea sustentable en el tiempo. En lo que hay convicción, independiente de lo que pase el 4 de septiembre, es que el sistema de financiamiento actual, tanto público como privado, es insostenible en el tiempo”.