Uno de cada cuatro fallecidos por covid-19 murió sin haber sido hospitalizado

Un par de meses antes de la llegada de la pandemia a Chile, el sistema de salud ya comenzaba un plan de reforzamiento como medida preventiva y en vista del daño que el virus ya había generado en países como España e Italia. Esto permitió aumentar en más de tres veces la cantidad de cupos UCI y, aparentemente, pasar un primer peak de contagios sin un colapso de la red.

Y si bien ese reforzamiento aseguró que los equipos no debieran enfrentar el dilema de la última cama, llama la atención que, según cifras del Ministerio de Salud, el 26% de los fallecidos por covid-19 murieron sin ser hospitalizados para tratar la enfermedad.

Son 3.491 pacientes que, pese a que desarrollaron cuadros graves por la infección, nunca fueron internados y fallecieron fuera de la red sanitaria (ver infografía).

En la Región Metropolitana, por ejemplo, de las 9.601 muertes causadas por el virus, 2.772 (29%) se produjeron en personas que nunca fueron hospitalizadas para tratar la patología.

La RM, junto con Magallanes (31%), es la región con el porcentaje más alto de fallecidos fuera de la red. Por el contrario, Los Lagos presenta la menor tasa, con solo el 11% del total de víctimas, seguida por Biobío con 12%.

El jefe del Departamento de Epidemiología del Minsal, Rafael Araos, aseguró en la Cámara de Diputados que aunque la cifra ha disminuido respecto del peak de la pandemia, es “algo que estamos mirando en detalle para ver por qué hay gente que está muriendo sin hospitalizarse. Yo puedo adelantar que la mayoría de la gente que se hospitaliza tiene un perfil similar de patología y es importante detectar si el grupo que no se está hospitalizando es debido a decisiones clínicas o a algún problema que debamos mejorar en cuanto a gestión“.

En tanto, el ministro de Salud, Enrique Paris, añade que “es algo que hay que analizar, pero claramente no es una decisión médica que la gente no sea hospitalizada“.

Por su parte, Tomás Regueira, presidente de la Sociedad Chilena de Medicina Intensiva (Sochimi), señala que “en este momento hay camas disponibles; por lo tanto, no están falleciendo fuera por falta de camas. Las urgencias tienen muy pocos pacientes ventilados, no están sobreexigidas por covid-19 en este momento”.

Sin embargo, el porcentaje de pacientes que fallecen sin ser hospitalizados se ha mantenido relativamente estable con el pasar de los meses, en torno al 25%, salvo en el período del peak de contagios, en junio, cuando subió.

Por lo mismo, Regueira añade que “probablemente, la causa por la cual fallecen pacientes covid fuera de los hospitales guarda relación con el perfil de pacientes que mueren, que son en su mayoría añosos, con enfermedades avanzadas, diabetes, insuficiencias cardíacas, hipertensos severos, enfermedades pulmonares crónicas. Por lo tanto, es muy probable que se deba a decisiones de sus familias o del mismo paciente y los equipos médicos tratantes, de permitir que fallezcan en la dignidad de la casa”.

“Es una cifra impactante”, asegura Sebastián Ugarte, jefe de la UCI de la Clínica Indisa, quien plantea que “este virus se puede acompañar de trombosis, de compromiso cardíaco… Entonces, una persona puede presentar bruscamente un tromboembolismo pulmonar, trombosis coronarias, infarto al miocardio, arritmias, infarto de arterias cerebrales, y ocurrir una muerte de manera muy rápida“.

A lo anterior, según el especialista, se suma que “durante el peak de la pandemia, también hay que considerar que una parte de los pacientes puede haber desistido de consultar en un recinto asistencial por el temor de encontrarse con hospitales saturados, llenos de enfermos y más riesgo de contagio”.

Carmen Castillo, exministra de Salud y miembro de la Mesa Social Covid-19, indica que “es algo que se ha observado también en otras partes del mundo y ahí un tema muy sensible es el caso de los adultos mayores que fallecen en centros de larga estadía”. Además, señala que “esto requiere mesas de trabajo, investigaciones para determinar que no hubo situaciones de dificultad de acceso para las personas o si hubo oportunidades de comunicación. Todo eso requiere análisis en profundidad. Porque una de las fortalezas que se supone que hemos tenido en la pandemia es la gran inversión que se hizo en la parte hospitalaria“.