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10:53 am el 19 de Febrero del 2020

En medio de alza de nacimientos, bajan los controles a embarazadas y crecen partos en casa

El número de ingresos al programa prenatal de gestantes disminuyó cerca de 7% según el Ministerio de Salud, llegando a 162.542, la cifra más baja de los últimos cinco años.

Expertos advierten que barreras de acceso del sistema de salud para mujeres inmigrantes pueden explicar disminución de atenciones previas al parto.

Fuente: El Mercurioen medio de

Si bien la tendencia de los últimos años era que los nacimientos en Chile fueran a la baja, entre marzo de 2018 y marzo de 2019 —los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas— ese fenómeno fue revertido con los 221.724 nacimientos registrados, 2.539 más que en igual período anterior.

Para los expertos, la principal causa del incremento tiene que ver con el impacto que ha tenido la inmigración en el país: solo durante 2019 fueron inscritos 31.993 hijos de padres extranjeros.

Rogelio González, ginecólogo obstetra de Clínica Las Condes, asegura que “solo las mujeres haitianas en Chile tuvieron durante 2018 cinco mil partos; es decir, solo esas madres pueden explicar la diferencia registrada, sin contar siquiera a las madres peruanas, ecuatorianas, colombianas, que también son un porcentaje importante”.

Sin embargo, pese a que los nacimientos aumentaron, se redujo el número de controles del embarazo. Por ejemplo, la cantidad de ingresos al programa prenatal de gestantes disminuyó cerca de 7% (13.500), según datos del Ministerio de Salud, llegando a 162.542. La cifra es la más baja de los últimos cinco años.

Asimismo, el año pasado hubo un alza de 40% de atención de partos de madres que no contaban con controles previos (852), en comparación con 2016. Esto eleva el riesgo de muertes prenatales y complicaciones del embarazo.

Pablo Céspedes, expresidente de la Sociedad Chilena de Medicina Reproductiva, asegura que las barreras que tiene la población inmigrante para acceder al sistema de salud en Chile, así como el temor de las mujeres que se encuentran en una situación irregular para acudir, impactan en una menor asistencia a los controles médicos.

Agrega que lo anterior se suma a que en países como

no hay una cultura de control prenatal tan potente como en Chile; entonces, para las haitianas no es parte de su acervo cultural acudir a controles”.

González añade que “es un desafío asumir el mejorar el acceso y disminuir las barreras culturales del sistema para la población de madres migrantes, sobre todo las que tienen una barrera idiomática, porque eso mejora la seguridad del parto”.

Un fenómeno: los partos de pie

Pero a la inmigración se suma un segundo escenario que cada vez aumenta más en Chile, según los especialistas, y que también podría estar incidiendo en la baja del control profesional del proceso del embarazo.

Céspedes advierte que entre las mujeres es “una tendencia cada vez más solicitada” tener un parto en un ambiente menos medicalizado, por lo que optan por ser atendidas en sus propias casas.

Se han ido armando por las redes sociales contactos con equipos de salud que trabajan en esa línea, sobre todo de matronas que han encontrado un nicho en aquello, porque han hecho eco de esta tendencia alta que tiene Chile en la tasa de cesáreas”, afirma el gineco-obstetra.

De acuerdo con cifras de Salud, durante 2019 al menos 530 mujeres fueron atendidas fuera de un establecimiento de salud.

Enrique Oyarzún, gineco-obstetra de la Clínica U. de los Andes, advierte que “en el mundo ha habido una tendencia a esto y han aumentado las mujeres que preguntan por tener parto en su domicilio. Pero la evidencia hoy disponible en la literatura es que el riesgo de muerte de los recién nacidos aumenta significativamente y los riesgos para la madre también son mayores”.

A propósito de este interés de algunas madres por buscar alternativas, es que se ha comenzado a masificar otro tipo de prácticas menos convencionales. Por ejemplo, en 2019 se atendieron 9.759 partos verticales, es decir, en el que la madre da a luz parada o en cuclillas, lo que significa un incremento de este tipo de atenciones de 52% respecto de 2014.

El médico González explica que este tipo de nacimientos “es una medida que de acuerdo con las posibilidades y deseos de la madre no implica ningún problema médico”.

Asimismo, el año pasado 727 madres solicitaron quedarse con la placenta tras el nacimiento.

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