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12:24 pm el 21 de Diciembre del 2017

Unión público-privada reduce listas de espera de pacientes con cataratas sin costo para ellos

Acuerdo entre la CPC y Fonasa permite realizar operaciones a personas que estén en esa condición.
El proceso se inició el 30 de octubre y cuenta con la colaboración de clínicas privadas, equipos médicos y laboratorios. Cerca de mil chilenos podrán recuperar la vista de manera absolutamente gratuita.
Fuente: El Mercurio

Captura de pantalla 2017-12-21 a las 12.22.12 p.m.En Chile, la catarata severa es la principal causa de ceguera irreversible y afecta a tres de cada cuatro personas sobre 75 años, muchas de las cuales pasan años esperando una oportunidad para operarse. Hoy existen en el país cerca de 10 mil personas (9.876, al 31 de agosto de 2017) en lista de espera más allá del plazo establecido por la Garantía Explícita de Salud (GES), y los casos más frecuentes corresponden a cirugías de cataratas: cerca de mil personas.

La Confederación de la Producción y el Comercio (CPC) y Fonasa lideran un proyecto -ya en plena actividad- que permitirá que todas las personas en lista de espera por este problema puedan acceder en forma gratuita y en el menor tiempo posible a la cirugía de cataratas. Esto implica que cerca de mil chilenos con discapacidad visual severa recuperarán la vista gracias a esta alianza entre los sectores privado y público. Los primeros resultados y los pasos que se seguirán fueron presentados ayer en un acto realizado en la Clínica Dávila y encabezado por la Presidenta Michelle Bachelet.

3xi y la “cultura del encuentro

El proceso se inició el 30 de octubre y cuenta con la colaboración de clínicas privadas, de equipos médicos y de laboratorios. Lo primero es realizar la citación de los pacientes AUGE, a los cuales las clínicas les hacen un diagnóstico y exámenes para saber si están en condiciones de ser operados. Luego sigue la operación misma y el período de control. Durante noviembre y diciembre de este año ya han sido atendidas 134 personas y se han realizado 85 cirugías.

Como explica Alfredo Moreno, presidente de la CPC, esta idea surgió en el marco de 3xi (“inspirarnos, incluirnos, innovarnos”), una iniciativa conjunta de la CPC, Sistema B, la Comunidad de Organizaciones Solidarias y el Centro de Innovación UC que, bajo el lema “Hacia una cultura del encuentro“, reúne a “personas de acción, gente que quiere hacer cosas por los chilenos. Gente que busca soluciones para mejorar la calidad de vida y avanzar hacia un desarrollo integral. Básicamente, el espíritu de 3xi es encontrar, entre todos, soluciones creativas a problemas que afectan a los chilenos más vulnerables. En este caso, estamos hablando, en su mayoría, de personas de tercera edad“.

En la cirugía, la lente nebulosa se saca fuera del ojo y en su lugar se inserta una artificial; después de una media hora de recuperación, el paciente se puede ir.

Un reciente estudio del Stein Eye Institute de la Facultad de Medicina David Geffen de la U. de California demostró que la operación, además, puede prolongar la vida. La investigación, realizada en un período de 20 años en 74.044 mujeres de 65 o más años, todas ellas con cataratas, encontró un riesgo de muerte 60% menor entre las 41.735 mujeres en las que se practicó la cirugía.

“Todo el mundo se plegó”

3xi promueve reuniones periódicas de gente que conoce dónde hay mayor necesidad y cuáles son las mayores carencias de la sociedad. “Se crea un nexo muy potente y también el sentimiento de que juntos podemos resolver los grandes problemas de Chile“, dice Moreno. “De ahí han surgido muchas ideas; proyectos de uno con uno, como una fundación con una empresa o una empresa con un emprendedor más pequeño, pero también propuestas que involucran a la totalidad. La idea de esto fue propiamente de Andrés Varas, gerente de BUPA, quien vino a hablar conmigo para explicarme de qué se trataba y empezamos a trabajar. Aquí hay mucho talento involucrado, desde lo primero, que es observar claramente el problema, hasta el diseño y su posterior ejecución. Acudimos a las clínicas y nos encontramos con lo mismo de siempre: una extraordinaria disposición para trabajar“.

Los prestadores privados que participan en la iniciativa son BUPA Chile, a través de Integramédica; Banmédica, a través de Clínica Dávila; Fundación Oftalmológica Los Andes; Clínica Las Condes; Clínica Alemana; Red Salud UC-Christus, y RedSalud de la Cámara Chilena de la Construcción. Una vez que se tuvo la disposición de las clínicas, se habló con los laboratorios que proveen los lentes y otros insumos. “Todo el mundo se plegó, incluidos los equipos médicos y los laboratorios. Esto significa que todos los pacientes serán atendidos de manera gratuita por estas clínicas privadas; una atención completa, tal como si fueran un cliente más y sin costo alguno. Ya tenemos varios operados y están felices. Han vuelto a ver y sin que les cueste un peso“, relata Alfredo Moreno.

Fue a través de la CPC que se tomó contacto con Fonasa. “La dificultad está y la lista de espera es conocida. Fuimos a hablar con el Gobierno, en particular con Fonasa, cuya directora, Jeanette Vega, estaba muy agradecida. Hemos trabajado estrechamente con Fonasa para poder hacer esto. Fonasa es clave en el contacto entre el paciente y la clínica que va a atenderlo“, plantea.

Se trata, en suma, de una gran trenza de actores involucrados en algo que sirve al país. “Cada sector aporta talento, desde lo operativo a lo científico. Y el sector privado asume el costo total. Dentro de pocos meses vamos a tener a 1.000 personas que no veían, viendo“, concluye el presidente de la CPC.

Cómo cambia la vida después de la operación

Ellas esperaron meses y años por una solución a sus problemas de visión. Exámenes que debían repetirse porque se vencían con el paso del tiempo y consultas que se sucedían con el mismo resultado: seguir esperando. Hasta que a estas tres entrevistadas las llamaron, las operaron en las clínicas Alemana, Las Condes y Christus UC San Carlos de Apoquindo, y sus vidas cambiaron radicalmente. Ahora ven. Nada menos.

Lucrecia de las Mercedes Contreras, a sus 74 años dice que ahora su vida es otra y solo piensa en pintar óleos después de la operación a que fue sometida en la Clínica Alemana. “Yo estaba en lista de espera en el Hospital San José, pero pasó mucho tiempo, los exámenes se vencían, mi ceguera avanzaba y durante un tiempo me hicieron un tratamiento con láser que fue una tortura. Eso sí, tengo que decir que fueron muy amables conmigo en el San José, pero no me podían operar, hasta que me llamaron de la Alemana“. Casada hace 51 años, con cinco hijos y ocho nietos, recuerda sus días de bordadora, oficio que, además de la pintura, pretende retomar ahora que sus días de ceguera han terminado.

Un caso similar es el de Regina Rosa Sáez , 79 años y casada hace 57, con cinco hijos, “todos mayores de cincuenta ya“. Reside en Rancagua, donde vio un oftalmólogo en forma particular, quien le dijo que se inscribiera en el AUGE “y ahí estaba esperando, pero ya había perdido las esperanzas. Lo único que veía con mis ojos era neblina, y ya no me atrevía a salir a la calle. No podía creer cuando me llamaron del Centro de la Visión de Santiago para decirme que me operarían en la Clínica Las Condes. Ya me intervinieron un ojo y en los próximos días tengo la segunda operación. Es maravilloso, ahora veo todo bien, ya no tengo miedo de caminar y estoy retomando mi vida normal“.

Luego de su operación de cataratas en la Clínica Christus UC San Carlos de Apoquindo, Olivia Rimmelin puede decir que este año está terminando bien, ya que debió permanecer cuatro meses en cama, luego de quebrarse la columna y, posteriormente, operarse una pierna debido a que fue atropellada al bajarse de un bus. “Esto ha sido un milagro -dice-. Yo estaba en lista de espera en el (Hospital) Paula Jaraquemada y cuando me llamaron desde la clínica, no lo podía creer. Le confieso que tenía miedo, pero todos se portaron muy bien conmigo, y la operación, que yo creí duraría una hora, tardó solo 10 minutos“. Quien la acompaña a todos sus controles es su ex marido, de quien está separada hace 30 años, “pero nos llevamos muy bien, incluso yo conozco a su pareja y pasamos Navidad y Año Nuevo todos juntos“. Sin duda, esta vez las fiestas de fin de año serán diferentes para Olivia y su familia.

Un parque de 42 kilómetros y la inclusión laboral

Alfredo Moreno cuenta que, siempre a través de la iniciativa 3xi, se trabaja con el intendente metropolitano, Claudio Orrego, para hacer un parque de 42 kilómetros en el borde del río Mapocho. “Ya colaboramos en un pedacito y ahora vamos al segundo. Se hizo el parque en el puente Carrascal con Costanera Norte, y ahora vamos a hacer otro, en un sector que se llama Las Juntas, un poco más al oriente, que es más grande. La idea es tener un solo parque desde Lo Barnechea hasta el final de la ciudad“, explica.

Además, la CPC trabaja para avanzar en la incorporación al trabajo de personas en situación de discapacidad, ya sea física o mental: “Como el Gobierno pasó la Ley de Inclusión, que fija una cuota del 1%, hablé con la Presidenta Bachelet para ofrecerle nuestra ayuda y, junto con las instituciones y fundaciones que se dedican a esto, colaborar en la formación laboral de esas personas e incentivar a las empresas para que participen y no se limiten solo a la cuota del 1%. También hay que ayudar para que las empresas estén preparadas para recibir a estos nuevos empleados. Esto no solo tiene que ver con instalaciones adecuadas, sino también con la preparación de los que serán sus compañeros de trabajo. Incluso, hicimos un pequeño librito que funciona como instructivo, y hemos desarrollado conversaciones con empresas que ya tienen experiencia en el tema“.

Fuente: El Mercurio