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10:39 am el 13 de Abril del 2020

En dos a tres semanas podría iniciarse producción en serie de ventiladores artificiales en Chile

Distintas universidades trabajan a toda máquina para crear prototipos. En la PUC ya han construido cinco unidades y preparan línea de fabricación en el Campus San Joaquín, mientras que grupo de la Usach apuesta por la impresión 3D y está probando sus equipos con apoyo de la Posta Central.

Fuente: El Mercurio

En dos a tres

Desde la operación Riñihue hace 60 años, cuando un grupo de ingenieros trabajando contra el tiempo logró evitar un aluvión que amenazaba arrasar con Valdivia tras el terremoto de ese año, que no se habían sumado en Chile tantas voluntades y cerebros en pos de un objetivo común. En este caso se trata de la fabricación de una suficiente cantidad de ventiladores mecánicos para salvar la vida a un todavía indeterminado número de chilenos que podrían entrar a la fase crítica del coronavirus en las próximas dos a tres semanas.

Unos catorce equipos, algunos en solitario, otros coordinados, están trabajando sin límite de horario para lograr prototipos viables y seguros que posteriormente se puedan replicar industrialmente. Usan modelos de Estados Unidos, de España y de otros países que ya están lidiando con el problema. En la Universidad Católica, por ejemplo, el ingeniero Felipe Lechuga ya tiene cinco ventiladores fabricados y el jueves ensayaron uno con un pulmón artificial. Los están probando con el apoyo de especialistas del Hospital Clínico de dicha institución.

Su modelo es una máquina española que ya está siendo utilizada con pacientes en ese país. “Este equipo no está hecho con impresión 3D, tiene piezas de acero inoxidable, detalla. “Hemos trabajado 18 horas diarias sin parar”.

Plazos de fabricación

Esta semana, dice Lechuga, contarán con una línea de ensamblaje en el centro de innovación de la UC, ya que están en condiciones de fabricar en serie. Lo único que les falta, agrega, es que las autoridades sanitarias validen su producto y podrían comenzar la producción en un plazo de dos semanas, asegura. En la Universidad de Chile dos grupos en paralelo, uno en Ciencias y otro en Ingeniería, también tienen sus pruebas avanzadas.

El primero lo lidera el académico Juan Carlos Letelier, quien trabaja en coordinación con los centros de manufactura industrial de la FACh, el Ejército y la Armada, mientras el segundo lo encabeza el vicedecano de ingeniería, James McPhee, y además cuenta con el respaldo de la Facultad de Medicina. “Tenemos ya un prototipo que funciona y lo estamos sometiendo a varias pruebas. Así nos damos cuenta de lo que va bien y lo que necesitamos mejorar”, cuenta McPhee, cuyo grupo trabaja a partir de un diseño compartido por el MIT, que también es la base de prototipos de otros grupos.

Desde hace algunos días que estamos interactuando con actores de la industria manufacturera, de manera que en nuestro diseño hemos priorizado decisiones que favorezcan que lo que salga al final se pueda construir rápida y masivamente”. Además, adelanta que esta semana ya podrán empezar a hablar de plazos de producción. Otro que lleva un importante avance es el equipo del ingeniero civil eléctrico de la Usach Patricio Nova. Empezó trabajando su prototipo en su empresa, Procid, y hace dos semanas le presentó sus resultados al doctor Alejandro Santander, jefe de pacientes críticos del Hospital de Urgencia Asistencia Pública (ex Posta Central).

Le encantó el proyecto y nos asignó a un especialista en manejo de vías aéreas y manejo de ventiladores mecánicos para hacerle consultas y que nos asignara tareas”, cuenta. El jueves le presentaron un prototipo mejorado que probaron en un muñeco con sensores. “Entre martes y miércoles empezaremos a hacer pruebas con animales y luego un comité de ética dirá finalmente si sirve o no. Esperamos, en el mejor de los casos, la semana subsiguiente empezar a buscar financiamiento para empezar la fabricación en serie”, asegura.

Materiales disponibles

En este caso se trata de un modelo que se puede imprimir cien por ciento en 3D. “Según la cantidad de impresoras disponibles se podrían fabricar hasta cien ventiladores cada cuatro días”, asegura optimista. En el caso de la U. Austral, el líder del proyecto, Rodrigo Vásquez, cuenta que el jueves lo probaron por primera vez con un animal, un cerdo, y funcionó bien, por lo que esperan esta semana comenzar investigaciones formales con animales.

Luego esperaremos instrucciones del Servicio de Salud para empezar las pruebas con humanos. No hay protocolos para esto, por lo que depende exclusivamente de la autoridad sanitaria”. Una parte de los grupos sumó esfuerzos y formó la Coordinadora de Colaboración para Ventiladores Mecánicos (CooV), la que es apoyada por Desafío Levantemos Chile. Esto les ha permitido trabajar en forma más coordinada y conseguir respaldo del sector empresarial.

De hecho, Desafío Levantemos Chile consiguió motores para un grupo de la Usach (distinto al de Patricio Nova), que trabaja en un prototipo de ventilador mecánico avanzado, basado a su vez en un modelo de Colombia. Este es un tipo de diseño en el que también trabaja un grupo de la Universidad Federico Santa María y que podría destinarse a los pacientes de mayor complejidad. Aparte de eso, en CooV también están apoyando los proyectos ya citados de la U. Católica y de la U. Austral.

En cuanto al financiamiento de una potencial producción en serie, cuentan que ya han recibido el apoyo de la Sofofa, la CPC y la Asociación Chilena de Energías Renovables y Almacenamiento (ACERA). Además, empresas fabricantes de piezas metálicas y plásticas ya ofrecieron donar componentes. El tema de la provisión de materiales es clave, dice Carlos Valdivieso, director de Desafío Levantemos Chile. “Hay algunos que no será fácil conseguir, hay que hacer un catastro, ver lo que hay y lo que hay que importar. Y hay que hacerlo ya porque muchos países están en lo mismo y pronto podría haber escasez de piezas”, asegura.

– Apoyo

Todas las iniciativas son seguidas con atención desde el Ministerio de Ciencia. Este además recibió dos ventiladores del MIT para probarlos en el país. En paralelo, la Corfo abrió un concurso que cofinanciará hasta 90% del costo total de los proyectos que sean capaces de producir y distribuir ventiladores mecánicos de forma acelerada.