Restricción a licencias médicas físicas genera críticas de los médicos en regiones aisladas

La limitación a la entrega de 150 licencias médicas en papel al año por especialista ha generado críticas del gremio de profesionales de la salud, especialmente en las regiones del país, en donde se cuestiona una medida que apunta a masificar la emisión de documentos electrónicos sin considerar la realidad de las zonas aisladas o con escaso número de facultativos.

Un reciente instructivo de la Subsecretaría de Salud Pública expone que con el objeto de propender hacia un correcto uso de estos formularios, se ha determinado, entre otras medidas, la adquisición de solo tres talonarios de licencias médicas al año por cada especialista, salvo en casos excepcionales.

“¿Qué va a pasar con los que hacen domicilios y no tienen talonario de licencias?”, se pregunta Guillermo de la Paz, vicepresidente del Colegio Médico. “Si es para obligarnos a usar el sistema Imed (servicio digital en el área salud), es una buena oportunidad para hacerlo.

Pero todo eso cuesta dinero y sobre todo modernizar a muchos médicos que aún no usan ni siquiera la computación”, agrega. A su vez, en Coyhaique, el doctor Claudio Vallejos, presidente regional en Aysén, valora el control al sistema, pero mantiene observaciones a la medida. “El problema surge cuando se decide implementar una buena idea sin fijarse en las particularidades de las zonas aisladas.

Porque para eso se requiere conexión a internet en todos los lugares de la región, cosa que aún no existe”, afirma el especialista. También detalla que hasta hoy carecen de conectividad isla Toto, Melimoyu y La Tapera. “Además, quién financia el estar conectados a internet para acceder a la plataforma de licencias médicas”, se cuestiona.

La circular del Ministerio de Salud sostiene que la medida se sustenta al considerar que el 90% de los profesionales autorizados para emitir licencias médicas en el país tramita en promedio unas 104 al año. La extensión de la modalidad digital permitirá, además, mantener un control efectivo de la alta emisión que puede ocurrir en algunos casos con el formato papel, comentan desde el Ministerio de Salud.

En la última década, la cantidad de licencias tramitadas por la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez (Compin) pasó de 825 mil anuales a 4,9 millones. Sin embargo, para Hugo Benítez, secretario del regional Antofagasta, las licencias médicas forman parte de una herramienta terapéutica que no debe restringirse.

“Además, en lugares apartados como Tocopilla, Taltal o Mejillones, que tienen dos o tres médicos y donde la población es muy superior a la cantidad de especialistas por habitantes, es imposible que un médico no pueda dar más de 150 licencias al año”, dice. “Uno, quizás, tenga que decir “vaya a otro médico, porque ya cumplí mi cuota del año” u otra fórmula sería entregar un papel que diga: “este caballero tiene reposo, vaya y entiéndase con su empleador’. Esta situación me parece insólita”, agrega.

En Punta Arenas, Gonzalo Sáez, presidente regional de Magallanes, advierte sobre el riesgo de ingresar hojas de vida clínica a una plataforma digital que pueda comprometer los datos del paciente.

“Cuando uno emite una licencia electrónica, hay de por medio un intermediario, el que maneja una base de datos sumamente sensible, y que yo no estoy muy seguro de que tenga los resguardos necesarios para garantizar el secreto de esa información de los pacientes”, sostiene.

“Además, una base de datos de pacientes, con sus diagnósticos, es altamente apetecible tanto para las industrias de los seguros como de las isapres”, afirma.