Entre enero y junio de 2018, 9.724 pacientes murieron mientras estaban en lista de espera

Una de cada cinco personas que murió durante el primer semestre de 2018 en Chile estaba en lista de espera en el sistema público de salud.

Eso se desprende de un informe del Ministerio de Salud que detectó que entre enero y junio del año pasado 9.724 pacientes fallecieron mientras aguardaban por una prestación. Esto corresponde al 19,1% de las defunciones en el país en el período.

La cifra preliminar, que es parte de la información que la cartera debe comunicar semestralmente al Congreso, representa un incremento de 54% respecto al primer semestre de 2017, cuando murieron 6.320 personas en esa misma situación.

El texto detalla que de los casi 10 mil fallecidos con atenciones pendientes, 360 requerían una atención incluida en el plan AUGE, es decir, con plazos máximos para recibir la prestación. Otros 9.240 requerían una consulta con un especialista o una intervención quirúrgica no AUGE, y 124 aparecían en ambas listas de espera a la vez.

Cambio de registro

Fue en mayo de 2017 que la entonces ministra de Salud, Carmen Castillo, convocó a una comisión asesora de expertos para analizar por primera vez las muertes de pacientes que estaban en lista de espera, luego de que la cartera entregara distintas cifras para el mismo período al Congreso.

En esa ocasión, el grupo de médicos convocados detectó serias falencias en el sistema de registro de casos en lista de espera e hizo recomendaciones para mejorarlo. Asimismo, concluyó que en 2016 hubo 16.618 decesos de personas que aguardaban por una atención y que en más de 6 mil casos podría haber una relación entre el tiempo esperando y el fallecimiento, aunque esto no pudiera comprobarse fehacientemente.

Luego de ello, se estableció que el Ministerio de Salud debe informar semestralmente la cantidad y el perfil de las personas que mueren estando en lista de espera.

Ahora, a la luz de las nuevas cifras, Carmen Castillo afirma que “amerita preguntarse qué pasó, porque la tendencia durante los últimos años era que esta cifra fuera levemente a la baja”. Durante todo 2016 fueron 16.618 casos, que disminuyeron a 14.695 durante 2017.

Añade que “hubiera esperado que se mantuviera, a lo menos, la misma tendencia, pero hay que ver qué impacto ha tenido el cambio de sistema de registro”.

Esto ya que durante marzo de 2018 el antiguo Repositorio Nacional de Lista de Espera (RNLE), que reunía los datos de las personas que estaban en esta situación para atenciones no incluidas en el plan AUGE, fue reemplazado por el Sistema para la Gestión de Tiempos de Espera (SIGTE).

La modificación es una de las variables que expone el ministerio en el informe, asegurando que el nuevo registro “permite aumentar la precisión del correcto registro de pacientes fallecidos con la validación en línea, con el Registro Civil e Identificación, que conlleva a realizar una gestión rápida en cada servicio de salud”. Es decir, mantener una lista más exacta y fidedigna que años anteriores.

En el informe se hace hincapié en que no es posible establecer que el haber estado en lista de espera haya incidido en la causa de muerte y se recalca que las razones de las defunciones de personas con atenciones pendientes son similares a las de la población general (ver recuadro).

Eso sí, Héctor Sánchez, director del Instituto de Salud Pública de la U. Andrés Bello, plantea que “ir acumulando pacientes que esperan por varios años aumenta el riesgo de que esas personas mueran aguardando“.

Consultado sobre los resultados del informe, Salud afirmó que en línea con lo propuesto por la comisión médica asesora “hace algunos días se presentó el nuevo Sistema de Gestión de Pacientes con Enfoque de Riesgo, el cual servirá como una importante herramienta para que los equipos médicos tomen una mejor decisión respecto a la priorización de pacientes en base a criterios clínicos”.