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12:38 pm el 3 de Febrero del 2020

Casi un tercio de los chilenos sobre 65 consume cinco o más fármacos

Muchas veces hay medicamentos que no son necesarios o que pueden interactuar con otros, generando reacciones adversas. Hasta el 30% de los ingresos hospitalarios son por esta causa.

Fuente: El Mercurio

Casi un tercio

A medida que una persona envejece, la posibilidad de convivir con patologías crónicas aumenta y los medicamentos se vuelven una compañía habitual. Si bien el uso de varios fármacos puede ser necesario y beneficioso en esos casos, también existe el riesgo de caer en un exceso perjudicial. El problema está en que muchos de estos remedios son innecesarios o se usan de manera incorrecta y pueden provocar efectos secundarios, preocupantes e incluso peligrosos, como explica el doctor Homero Gac, past president de la Sociedad de Geriatría y Gerontología de Chile. Por ejemplo, tomar una aspirina y un medicamento antiinflamatorio, como el ibuprofeno, puede elevar el riesgo de hemorragia en pacientes que toman un anticoagulante.

A más combinación de fármacos, aumenta el riesgo de interacciones medicamentosas”, precisa. El tema de la llamada “polifarmacia” preocupa a medida que la población envejece. A nivel local, el 31,6% de los mayores de 65 años consumen cinco o más medicamentos, según un estudio realizado a partir de los resultados de la Encuesta Nacional de Salud 2017. En la investigación “Uso de medicamentos en Chile”, realizado por Álvaro Passi, Francisco Valenzuela y Paula Margozzini, esta prevalencia es mayor en mujeres (12,1%) que en hombres (8,1%). El panorama es más complejo si se considera que el 46,6% de los adultos mayores con polifarmacia se automedica, según datos del Programa Nacional del Adulto Mayor del Ministerio de Salud. Carmen Palominos (72) reconoce que no es un buen ejemplo: desde hace varios años, viaja con un arsenal de remedios.

Tomo uno para la presión, otro para la sangre; también uno para el corazón y otro para la artritis. Y uno que tomo por mi cuenta para los huesos”. Eso sin contar los que ingiere de vez en cuando para el dolor de cabeza o para cuando se siente “un poco resfriada”. Por casos como este, la doctora Maricarmen Andrade, geriatra de la Clínica U. de los Andes, precisa que hoy, más que hablar de polifarmacia, es preferible referirse a “uso innecesario” o “prescripción inapropiada”. “Los adultos mayores tienen muchas co-morbilidades y por lo tanto necesitan más de un fármaco. El problema está cuando se da un fármaco que no tiene una indicación médica clara, hay una ausencia de efecto, una duplicación de medicamentos o se indica un fármaco para evitar los efectos adversos de otro”, explica.

Esto último es lo que llaman la “cascada farmacológica”, en la que se recetan aún más medicamentos para tratar los efectos secundarios de otros medicamentos que se confunden con los síntomas de una nueva enfermedad. La doctora Andrade lo ejemplifica así: “Un paciente que está con vértigo le dan cinarizina (para trastornos del equilibrio), pero después de un par de meses comienza con temblores, como efecto secundario, y lo asocian a párkinson. Entonces le recetan levodopa, que al poco tiempo le baja la presión, y entonces le dan un fármaco para subir la presión”. En gran medida, este problema surge por la falta de coordinación entre especialistas.

Las personas mayores tienden a ver a más de un médico, por diferentes patologías. Muchas veces al preguntar qué fármacos consume, la persona no recuerda todos o no menciona aquellos que no considera medicamentos, como productos naturales o vitaminas”, precisa Gac. El especialista también advierte sobre otro riesgo: hay fármacos que se recetan, pero que son “potencialmente inapropiados”; es decir, aquellos que han sido eliminados o reemplazados por otros con mejores perfiles de seguridad y eficacia. Todo este conjunto de problemas lleva a que en este grupo etario “entre el 10% y el 30% de los ingresos hospitalarios sean por reacciones adversas” asociadas a un uso inapropiado de medicamentos, como advierte la doctora Andrade.

Frente a esto, los especialistas concuerdan en que se necesita un uso más racional de los medicamentos. Para reducir el riesgo, recomiendan que los pacientes mantengan una lista detallada de todos los fármacos que utilizan, idealmente con dosis y frecuencia. Así como una lista de todos los remedios de venta libre y suplementos que toman de manera regular, para presentarla en cada visita a un médico.